Alfonso Alonso anunció ayer su dimisión como presidente del Partido Popular en el País Vasco tras no tener la confianza de la dirección nacional del partido. Alonso tenía la intención de resistir y mantenerle el pulso a la cúpula nacional y la crisis por la alianza con Ciudadanos coloca al PP vasco ante un horizonte un tanto incierto en lo que se refiere a estrategia y resultados electorales para las próximas elecciones del 5 de abril.

Los resultados de las encuestas antes de este suceso posicionaban a los populares en los cinco o seis escaños, mientras que en las pasadas elecciones de 2016 consiguieron nueve. Detrás de la caída progresiva en apoyos electorales se acumulan los tropiezos en la búsqueda de identidad del partido en la comunidad. Carlos Iturgaiz, elegido como candidato, no era la primera opción de Génova ni es la definitiva, pero si puede ser la única figura de consenso que puede silenciar el malestar de los pesos pesados del partido con la gestión de la negociación

Carlos Iturgaiz recibió el apoyo de los principales referentes populares territoriales, como el presidente de la Xunta y candidato a las elecciones en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a pesar de anteriormente apoyar a Alonso. El primer desafío de Iturgaiz es mantener unida la organización regional e intentar tapar esos agujeros que se han formado en la estructura orgánica del partido regional. Otro nombre que se encontraba entre las apuestas para ese nuevo liderazgo era el de Beatriz Fanjul, quien fue cabeza de lista por Vizcaya en las últimas elecciones generales y desde Génova la sitúan en Madrid.