Cinco exdirigentes confirman esta operativa
El País ha tenido acceso a documentos manejados por “Bárcenas y su entorno”, según apunta el diario, en los que se refleja este modus operandi y el nombre de las empresas utilizadas como tapadera. Cinco exdirigentes del PP han confirmado tal estrategia y de ellos dos figuraron en la trama empresarial.
En tiempos de Alianza Popular
En 1979 se crearon las empresas Sipsa (Seguridad, Investigación y Protección SA) y Opisa (Opinión, Publicidad e Imagen SA), a través de las que se pedía donaciones a empresas eléctricas y a bancos. Los exdirigentes consultados por El País alegan que como no existía legislación para los partidos al respecto, no importaban las maneras. Los ingresos eran de unos cinco o seis millones de pesetas (30.000 o 36.000 euros) y sirvieron para financiar las autonómicas y municipales en la década del 80.
El "salvaje oeste"
Uno de los máximos dirigentes de aquellos tiempos, Jorge Verstrynge, que fue titular de una de esas empresas tapadera, ha reconocido que aquello “era el salvaje oeste” y que el partido facturaba a empresas falsos informes para financiarse.
Bajo la presidencia de Aznar
A raíz de la entrada de Rosendo Naseiro en la tesorería en 1989, bajo la presidencia de José María Aznar, se crearon nuevas sociedades privadas para seguir financiando de la misma manera al partido, según la documentación a la que ha accedido El País. Tres de estas empresas fueron Vídeo Soluciones, Ibérica de Firmes, Ediciones del Cono Sur, que fueron puestas a nombre de los empleados del PP Samuel G.S., Félix R.B. y Juan Antonio D.S. Fue precisamente en aquel año que el partido fue acusado de financiación irregular, aunque el proceso terminó siendo archivado al ser anuladas las escuchas telefónicas por un error judicial.
Falsas facturas
Exdirigentes del PP han explicado al citado diario que “la mecánica de estas empresas era distinta de Sipsa y Opisa. No hacían falsos informes, sino que simulaban servicios (un vídeo, venta de material...). Las empresas pagadoras justificaban con falsas facturas la salida de fondos que ni siquiera entraban en la contabilidad de cada firma tapadera. El dinero iba directamente en efectivo a la caja del partido”.