En los últimos días el nombre de Corinna Larsen, la amiga íntima del rey emérito Juan Carlos I, ha ganado enteros en la prensa nacional e internacional no solo por sus cartas a Zarzuela en las que amenazaba con “socavar el corazón de la Casa Real” desvelando información sobre las finanzas y los vínculos con el CNI, sino también, por su declaración ante la Fiscalía suiza.

Según publica El País, las declaraciones de Corinna ante el fiscal Yves Bertossa están plagadas de contradicciones sobre las grabaciones del excomisario retirado, José Manuel Villarejo.

La empresaria germana se ha negado a responder a las preguntas del fiscal jefe sobre las grabaciones alegando que “son ilícitas” y están “trucadas”. ”Me preguntáis si es mi voz la que aparece en estas grabaciones. Me niego a responder a esta pregunta”, afirmó durante su declaración, rechazando así las grabaciones publicadas, entre otros, por Okdiario.

El fiscal Bertossa también preguntó a Corinna por esa charla con Villarejo y la sociedad Mountain Lion Inc, propietaria de un terreno en Marrakech valorado en 1.8 millones. En las grabaciones de Villarejo Corinna decía que el terreno había sido un regalo del rey de Marruecos a Juan Carlos I. Sin embargo, ante el fiscal suizo, en cambio, afirmó lo contrario.

“Es un regalo del rey de Marruecos. Este regalo se hizo a mi favor no a favor de Juan Carlos I…Visité al rey de Marruecos para agradecerle su regalo. Esperaba que construyera una casa sobre el terreno. Sabía que yo iba a Marruecos desde hacía más de 20 años. Decidió ofrecerme el terreno para que invirtiera en Marruecos. Ignoro si Juan Carlos I ha recibido un regalo del rey de Marruecos”. Explicó-

Corinna insiste en que fue ella quien pidió al abogado Dante Canónica que creara la sociedad Mountain Lion Inc, a fin y efecto de disponer este terreno a su nombre; mientras que en otra conversación mantenida con Villarejo, y publicada por Ok Diario, dice lo contrario y sugiere que el verdadero dueño es Juan Carlos I.

Y es que, en todas las comparecencias que ha tenido frente al fiscal suizo, la examiga del rey ha negado que Juan Carlos I la utilizara como su testaferro y ha afirmado que las propiedad que posee tanto en Suiza como en Reino Unido son suyas, fruto del dinero que le transfirió el emérito.

Precisamente, sobre los casi 65 millones de euros que le dio Juan Carlos I, ha argumentado que fue un gesto “por gratitud, amor, porque tenía la esperanza de recuperar y no para deshacerse del dinero”.