El año 2021 está siendo fatídico para Ciudadanos. Después de la debacle de 2019 y una virtual mejoría en 2020, los liberales coquetean con la desaparición tras la estruendosa caída en Cataluña y la evaporación en la Asamblea de Madrid. Sin embargo, en la dirección del partido, Inés Arrimadas mantiene la esperanza de relanzar la marca y, para ello, se fijó la Convención Nacional del próximo mes de julio con el debate de un cambio de siglas sobre la mesa, según informa El Independiente.

Que Ciudadanos tiene que repensarse es algo que nadie duda en el seno de la formación. La desaparición en Madrid llevó a Inés Arrimadas a adoptar el cónclave del próximo mes de julio como solución temporal. El objetivo de la Convención será el “rearme ideológico” del proyecto con la participación de las bases naranjas, aunque los pormenores de ésta surgen con cuentagotas.

Una "nueva era"

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que la Convención Nacional de julio será la última oportunidad de los liberales para reflotar un proyecto moribundo. Para la cúpula de Ciudadanos, ésta marcará el inicio de “una nueva era” y estiman necesario un revulsivo para renacer después de que el PP les echara del que fuera su espacio electoral.

En este sentido, según El Independiente, no son pocos los diputados y miembros de la zona noble del partido los que barajan la iniciativa de cambiar tanto el nombre como la marca. El debate está servido en Alcalá 253, con una amalgama de opciones para afrontar esa renovación.

Ruptura con el pasado

Entre el espectro de posibilidades, amén del cambio radical de nombre y marca, se incluye la adición de ‘Alternativa Liberal’ como apellido, cambios en la tipografía, en el logo o un cambio de color y tonalidad, permaneciendo el naranja como seña de identificación. Todas estas opciones se estudiarán en la Convención Nacional de julio con el objetivo de edificar una “marca más atractiva” en el ámbito estético que, a su vez, suponga un punto de inflexión con el pasado y ponga de relieve esa “nueva era” que señalan en la cúpula.

Al replanteamiento corporativo se le suma una renovación de los pilares ideológicos que oscila entre abandonar la ubicación en el centro y apostar por la visión europeísta de formación liberal. En el seno del partido se traslada que “la etiqueta de centro político está devaluada” en tanto en cuanto PSOE y Partido Popular han abordado este espacio para ampliar su “base de votantes”. “Es su subterfugio”, admiten en la zona noble, donde reconocen que ese fue el “error” de la campaña de Edmundo Bal.

Esta etapa de salvación abrirá las puertas a la participación de la militancia, cuya ausencia ha sido objeto de crítica hacia las dos direcciones desde su aparición en el escenario nacional. Las bases han trasladado ya “centenares” de propuestas estratégicas y que toman caminos tan diversos como la vuelta a la condición de “partido bisagra” o el regreso al riverismo y su ‘no es no’ a Pedro Sánchez.

Tenemos que corregir ese problema de identidad”, explican desde el partido, subrayando el objetivo final de trasladar y consolidar en España los tres grandes políticos que se delimitan en el resto de Europa: socialdemócratas, liberales y conservadores. “Necesitamos un proyecto cohesionado, con una militancia unida y acorde a la etapa postpandemia que viene”, insisten.

Más allá del terreno argumental e ideológico, en Ciudadanos se reservan alguna “sorpresa” en cuanto a los invitados a la Convención Nacional. No obstante, la dirección pretende que en este relanzamiento de la marca estén presentes miembros de la sociedad civil, intelectuales y “políticos de prestigio”, no así Albert Rivera, que descartan su presencia en la cita estival. “Es imposible que asista”, admiten en el entorno del ex político.

No habrá cambio de sede

Uno de los aspectos que ni siquiera tiene opción a ser debatido es el cambio de sede. Ciudadanos ha cerrado la puerta a mudarse del imponente edificio de la calle Alcalá. Según El Independiente, desde la dirección han trasladado que han renovado el contrato de arrendamiento por otros cinco años más.

No obstante, este edificio es el gasto más ostentoso del partido, suponiéndole una cuantía de 360.000 euros anuales. El daño que la pérdida de representación en Madrid y el adelgazamiento en Cataluña abría la vía al ‘cambio de residencia’. Sin embargo, en Ciudadanos aseguran que sus cuentas “están saneadas” y que tienen el suficiente colchón económico para afrontar este desembolso.