Siguen siendo estos primeros compases de la semana jornadas de reflexión para las diferentes formaciones políticas que presentaron candidaturas a las elecciones extremeñas. Varios fueron los escenarios que dejaron las urnas, empezando por los partidos a la izquierda del PSOE, que concurrieron juntos. Aunque Unidas por Extremadura recibió la menor representación, no solo sigue disponiendo de un electorado fiel sino que, además de no perder fuerza al concurrir sin Sumar, aglutina también algunos votantes socialistas. La debacle del PSOE ha sido uno de los principales titulares, que choca con el sustancial crecimiento de Vox. Por último, a pesar de su victoria, el PP ha dejado serias dudas al no haber logrado la mayoría absoluta. Algo por lo que María Guardiola está recibiendo ahora críticas dentro de su propio partido.

No se está terminado de ver con buenos ojos en el Partido Popular la forma con la que María Guardiola ha gestionado la campaña electoral. Hay un número que ahora está merodeando de manera continuada la mente de los populares: el cuatro. Concretamente, esta cifra son los votos que la líder extremeña del PP necesita en el parlamento autonómico para poder conformar gobierno. Tras haber crecido solo un escaño en estos últimos comicios, algo por lo que no está siendo, precisamente, muy alabada en su propia formación, Vox vuelve a convertirse en un agente principal con el que Guardiola deberá negociar si desea constituir un Ejecutivo en esta región española, ya que no se espera la abstención del PSOE.

Ahora que los recuentos de las urnas han concluido y los escaños están distribuidos, los populares están viendo que la victoria obtenida les deja un sabor agridulce. Tanto es así que se comienza a culpar a Guardiola en los pasillos de sus distintas sedes de "haber subestimado a Vox" y de haber llevado a cabo una campaña electoral con un "perfil plano y bajo". No muy numerosos están siendo los halagos en estos días posteriores a la jornada electoral, ya que se está dando desde el PP gran valor a decisiones como no haber participado en el debate de RTVE o la escasa agenda de la que Guardiola dispuso en los últimos días antes de que los extremeños acudieran a votar.

Una "campaña dormida", así han definido algunos miembros importantes del PP el período electoral de María Guardiola, de la que no cuestionan únicamente esto, sino el propio hecho de haber convocado los comicios, mostrando sorpresa porque esperara reunir una mayoría absoluta, no solo tras haber optado por ese bajo perfil mediático, sino también por marcar la apertura de las urnas en fechas navideñas.

Son estas unas circunstancias por las que varios líderes populares reflexionan que en las próximas elecciones autonómicas que están por venir en el 2027, el PP deber marcar un ritmo más intenso durante la campaña. No solo eso, sino que muestran cierta indecisión sobre qué pasos dar en Extremadura, ya que surge la duda de si es más interesante tratar de formar un Gobierno en esta región sin los de Abascal o, precisamente, buscar un pacto con ellos para que sean sus propias acciones las que beneficien a los de Feijóo en los distintos comicios que están por celebrar próximamente. Algunos sí que lo tienen claro en el partido, pues aseguran que a Vox se les gana en todo lo referido a la gestión y que la lucha ideológica no es un barro en el que entrar. 

Con todo, lo que sí han dejado las elecciones de Extremadura son serias dudas sobre la posibilidad de hacerse con mayorías absolutas en las próximas elecciones autonómicas. Ahora, además de las distintas campañas que están por venir, se abre un importante juego que también será observado por los votantes en otros territorios, el de las negociaciones, pues de lo que surja de estas muchos miembros del electorado se sentirán impulsados a votar a uno u otro partido.

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