¿Está viviendo la Iglesia católica una de sus peores crisis a nivel mundial? ¿Se enfrenta realmente el cristianismo a un problema de vocación religiosa? ¿De qué manera afectaría su desaparición? ¿Cómo puede resurgir un clero envejecido, con una estructura masculina anclada en el pasado?

Un ensayo valiente y solvente de una persona como Andrea Riccardi, La Iglesia arde. Crisis y futuro del cristianismo está removiendo conciencias y cimientos en la Iglesia católica y sus miembros. Se trata de un ensayo de 280 páginas publicado recientemente por Arpa Editores y que analiza con crítica objetiva a la vez que dura la difícil situación que vive actualmente la Iglesia católica.

Riccardi, experto en temas de la Iglesia católica, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma III, es autor de varios libros sobre la problemática de la Iglesia en el siglo XX, especialmente en los países mediterráneos. Fundó la Comunidad de Sant'Egidio en 1968, una asociación de laicos católicos con centro en el barrio del Trastevere, Roma, un movimiento de laicos que preconiza el dialogo interreligioso como método de resolución de conflictos dedicado. Desde esta comunidad promueve el diálogo y el ecumenismo en todo el mundo. Cuenta con más de 50 000 miembros en 70 países. En noviembre de 2011 y hasta 2013 fue ministro sin cartera de Cooperación Internacional y la Integración en Italia.

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El inmovilismo de la Iglesia

Aunque en sus 280 páginas el libro plantea un escenario muy negativo de la Iglesia en la actualidad, cree que no tiene porque ser necesariamente su final sino que abre una puerta a la esperanza de los católicos planteando que puede ser también una ventaba para oportunidad si esta se abre al futuro. El inmovilismo sería su principal obstáculo y advierte de que en esta crisis, a diferencia de otras, la Iglesia no se enfrenta a enemigos externos sino contra “la indiferencia y el descrédito”.

A lo largo de sus páginas el autor analiza los pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y del Papa Francisco. Considera el mandato de los dos primeros Papas mencionados como un paréntesis en la decadencia de la Iglesia y un tiempo sin gobierno eclesial.

Notre Dame como metáfora

Es muy interesante el comienzo de la obra com la metáfora del incendio de abril de 2019 de la Catedral de Notre Dame para preguntarse si está el cristianismo en crisis y cuál es el escenario actual de ésta.“En ese momento, mientras la basílica ardía, había una sensación generalizada del fin de la cristiandad. No es que este incendio fuera el único síntoma de la crisis (…) Luego sucedieron muchos otros acontecimientos y la atención se desplazó a la gran crisis global de Covid-19. Pero la pregunta sobre un mundo sin Iglesia sigue en pie”.

La Iglesia durante el Covid

La pandemia ha dejado también “contagiada” a la Iglesia. Recuerda el ensayo como el Gobierno italiano se vio obligado a suspender los actos y ceremonias religiosas como fórmula de evitación de concentraciones y contagios. Nunca, en la historia de la Península, se habían suspendido las misas y el culto. Algo, esto último, que tuvo que partir del Estado ante la indecisión de la jerarquía católica. Un hecho que considera un mal hito pues esto no sucedió ni en “las guerras, bajo los bombardeos o durante el cruce del frente o las redadas alemanas”. “Hubo un silencio por parte de la Iglesia” por lo que el pueblo “no ha sentido demasiado la presencia de la Iglesia (…). Cree que tras la conclusión de las primeras restricciones sanitarias se acude menos a las iglesias porque los creyentes han adquirido hábitos para tener su “momento religioso de forma más individual“.

“Las Iglesias también pueden acabar”

Para Ricardi la grave situación que en su opinión vive la Iglesia no obedece hoy, a diferencia de otros tiempos, de amenazas externas sino que es de índole interna y advierte de que “las Iglesias también pueden acabar”. La historia recuerda que en el pasado algunas grandes Iglesias han desaparecido dramáticamente, como las Iglesias latinas del norte de África. En todo caso reconoce que esas iglesias extintas no contaban con los años que cuenta el cristianismo europeo con casi dos mil años de antigüedad.

España y el nacionalcatolicismo

En el caso de España, el experto italiano cree que la situación es incluso más grave debido a “La reacción al franquismo, la secularización, la liberalización de los comportamientos personales y sexuales son elementos que han desmantelado el papel preponderante de la Iglesia en la muy católica España“. Y una reflexión sobre la religión en nuestro país: “Las dos Españas que se enfrentaron en la guerra civil están resurgiendo, al menos en parte”.
En este sentido el historiador, en un encuentro virtual con la prensa extranjera en Roma sobre los nuevos partidos que reivindican la tradición católica, dijo que los consideraba como representantes de “un modelo político -al que denominó “nacionalcatólico”-que recuerda de alguna manera a la idea de la España de Franco o la Portugal de Salazar, “un régimen católico, blanco, nacionalista, que se opone al islam y al cambio de la identidad”. Advirtió de que lo que está haciendo el Papa es lo que “debe seguir el catolicismo español, retomar el camino de relación con la gente, con los pobres, con la liturgia, y no vivir la nostalgia del pasado”.