Al mismo tiempo que en toda Europa se está cuestionando la cohesión social ligada a la idea que tenemos del Estado del Bienestar -el concepto básico era economía social de mercado, no sociedad de mercado, sino economía social de mercado-, al mismo tiempo que eso se produce, en los países emergentes hay una creciente presión reivindicando un modelo de economía social de mercado. Están creciendo, la economía crece, y la gente quiere que la redistribución del crecimiento sea más igualitaria. Como a veces no puede ser más igualitaria, a veces, vía salarios, o sea vía renta directa, exigen que sea más igualitaria, que por cierto da muchas más oportunidades a la gente, vía redistribución indirecta, asistencia sanitaria, educación, sistema razonable de presiones. Occidente desarrollado está poniendo en crisis ese sistema que se inventó después de la II Guerra Mundial prácticamente en Europa, mientras que los países emergentes están empezando a presionar para tener ese sistema.