Toni Roldán abandonó el pasado lunes a Ciudadanos. El que fuera portavoz económico de la formación sacudió la estructura alegando que su partido se había derechizado y defendiendo una hipotética abstención en la investidura de Pedro Sánchez.

"¿Cómo vamos a luchar contra la dinámica de rojos y azules si nos convertimos en azules?", se preguntaba Roldán en la comparecencia ante los medios en la que dejó la cúpula del partido. Se "han desvirtuado" los principios de "reformismo, regeneración y batalla contra el nacionalismo" sobre los que se edificó la formación, según ha asegurado el exdiputado. 

Sin embargo, gracias al apoyo público del eurodiputado Luis Garicano y del líder de la formación en Castilla y La Mancha, Francisco Igea, pasar página no está resultando sencillo. El núcleo fuerte de la estructura, encabezado por José Manuel Villegas e Ines Arrimadas, han reprochado a Roldán que en su momento circunscribiera con su voto la política de pactos y ahora la critique. Sin embargo, más allá de la sonrisa frente a las cámaras y el argumentario adoptado, la salida del exdirigente ha provocado un cisma de puertas para adentro.

Este miércoles, en su perfil de redes sociales ha vuelto a incidir en la crítica, de forma satírica, en el cambio de rumbo adoptado por los naranjas. “Vaya, mirad lo que me encontré desmontando el despacho...”, ha escrito, mostrando una imagen con un documento que acredita que hibo un tiempo en el que PSOE y Cs estaban dispuestos a firmar un “acuerdo para un gobierno reformista y de progreso”.