Manuel Marchena, presidente de la Sala de lo Penal del Triubunal Supremo y responsable del juicio al desafío soberanista catalán, ha sido propuesto por el Partido Popular para sustituir a Carlos Lesmes como jefe del Poder Judicial. Al PSOE no le ha convencido dicha propuesta, dado el perfil conservador del magistrado, y, por el contrario, ve con buenos ojos la elección de Encarnación Roca, vicepresidenta del Tribunal Constitucional.
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A Manuel Marchena se le atribuye una buena relación con Carlos Lesmes, nombrado por el Partido Popular. Además de relaciones acreditadas con altos cargos del PP y con los abogados de Gürtel, tiene también un largo historial de archivar causas contra los conservadores, desde el caso Palma Arena a la denuncia por malversación contra Rajoy por cargar los gastos de los cuidados de su padre a los presupuestos públicos.
Pero a Marchena también le rodea una polémica que tiene a su propia hija Sofía como protagonista. Tras aprobar las oposiciones en la carrera judicial, ésta tuvo que elegir entre la Escuela Judicial (Barcelona) y el Centro de Estudios Jurídicos (Madrid), y optó por la ciudad condal, lugar donde se forman los jueces; una decisión que, por cierto, no tiene vuelta atrás. A causa de una enfermedad se vio obligada a abandonar la Escuela Judicial al mes de estar en ella, no pudiendo reincorporarse hasta un año más tarde.
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En una decisión sin precendentes, Marchena, en lugar de reincorporarse a la Escuela Judicial para ser jueza, ocupó un puesto como fiscal, ya que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en un acto inexplicable, cambió su nota (de 68,20 a 52,31) sin dar explicación alguna y le asignó una plaza creada para ella.
