El juez y todavía senador del Partido Popular Manuel Altava, en la lista de nuevos vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pactada por PP y PSOE, protagonizó el pasado 27 de septiembre un vergonzoso episodio al achacar a la República las muertes ocasionadas por bombardeos nazis en Castellón.

Muertes de las que Altava responsabilizó a las autoridades republicanas al no evacuar la zona. De hecho, el senador, que es miembro de la Cámara alta desde 2008, rechazó indemnizar a las víctimas de la Legión Cóndor alemana.

Reventó la cerradura del domicilio familiar

Pese a la gravedad de sus declaraciones sobre los bombardeos nazis, este no es el episodio más polémico protagonizado por el político que todavía ejerce como presidente de la Comisión de Justicia del Senado.

Al menos no lo es si se compara con el incidente que Altava protagonizó en la época en la que estaba en pleno proceso de separación de Paloma Sanz, su por aquel entonces compañera sentimental y madre de sus dos hijos.

Tal y como informó en su día ElPlural.com, en aquella época el político del PP se personó en el domicilio familiar ubicado en Castellón con dos cerrajeros, varios policías de paisano y tres transportistas para apoderarse de 70 cajas de libros, además de cuadros, estanterías, mesas y sillas de despacho, ordenadores, impresoras y todos los efectos que Altava consideró suyos. 

En concreto, fue un 15 de agosto -festivo en toda España y día en el que Paloma Sanz (llegó a acudir a televisión para denunciar "acoso") se encontraba de vacaciones en Benicàssim con sus dos hijos-, cuando el senador aprovechó para reventar la cerradura del  domicilio y de paso forzar las puertas del despacho profesional de su excompañera sentimental, situado en la planta baja del mismo inmueble.

Lo ocurrido aquel día dio lugar a que el Juzgado de Instrucción número 2 de Castellón abriera un proceso por delito de realización arbitraria del derecho propio. El caso siguió adelante, se abrió juicio oral y cuando estaba apunto de sentarse en el banquillo de los acusados en Castellón, Altava resultó elegido senador por el Partido Popular.

Entonces, al ser aforado desde el 9 de marzo de 2008, el caso pasó al Supremo. La fiscalía consideró que había elementos suficientes para acusar a Altava, pero el entonces juez instructor del Supremo, José Manuel Maza, aseguró en una sorprendente resolución que el dirigente del PP no había cometido delito alguno.  Para Maza lo ocurrido aquel 15 de agosto de 2003 fue un “mero cambio de cerradura” ya que “en ningún momento Altava pretendía realizar un derecho propio contra la voluntad de su expareja”.

“Y usted se preguntará: si todo fue tan inocuo, ¿por qué Altava no llamó a su expareja y le pidió las llaves para entrar en la vivienda y llevarse sus cosas, en lugar de hacerlo cuando ella estaba de vacaciones y por la fuerza?; se preguntaba en su día el periodista José Yoldi en un artículo titulado '¿Por qué pedir las llaves si puedes llamar al cerrajero?'. “Menos mal que todos sabemos que los jueces del Supremo no prevarican, porque seguro que habrá malpensados que opinen que el asunto tiene un malsano tufillo corporativo”, sentenció el periodista.

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