El Papa Francisco ha orado este viernes en la celda del campo de concentración de Auschwitz durante su visita en el día en que se conmemora el 75 aniversario del gesto de un sacerdote polaco que murió de hambre y sed a manos de los nazis. 

El Papa permaneció orando varios minutos en silencio, acto seguido, se alzó y recorrió una corta distancia a pie hasta llegar a uno de los postes destinados a los fusilamientos. Después, encendió una lámpara de aceite frente al muro en el que eran ejecutadas muchas de las personas que llegaban al campo durante aquellos años de la Segunda Guerra Mundial. 

Por último, accedió al edificio de ladrillo del bloque 11 de Auschwitz donde el cura fue asesinado, conocido como "el búnker del hambre". El espacio solo contaba con una letrina y en sus muros pueden apreciarse inscripciones con forma de cruz. Francisco permaneció en este lugar solo, rezando durante aproximadamente diez minutos, en medio de una leve penumbra, sentado en una silla, cabizbajo y con la puerta enrejada abierta a sus espaldas.