Leopoldo Gómez no era uno de los imputados más mediáticos dentro de la Gürtel pero tuvo un peso considerable dentro de la trama sobre todo en su ramificación en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde fue arquitecto municipal. No tendrá que volver a declarar ni será ya juzgado: su procuradora ha comunicado al juez su fallecimiento. Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato y exalcalde de Pozuelo, uno de los principales imputados en el caso, ve como desaparece una de las personas que más podía 'largar' de los tejemanejes en la localidad madrileña.
Hombre de confianza de Sepúlveda
Gómez estaba imputado por dos presuntos delitos de prevaricación y cohecho en la llamada 'operación Asfalto', para hacer presuntamente negocio con la renovación del firme de las calles de Pozuelo. Además un personaje tan sombrío como José Amedo, el de los GAL, aseguró que Gómez, como hombre de confianza de Sepúlveda, le había encargado cobrar una deuda de 1,2 millones de euros a un constructor.
Accidentes de todo tipo en imputados clave
En un proceso tan largo como el de la Gürtel es ley de vida que vayan falleciendo imputados por cuestiones naturales, y aunque el procurador simplemente comunica la muerte sin entrar en detalles desde hace tiempo se rumoreaba que estaba enfermo. Pero en el caso Gürtel existen varias muertes en extrañas circunstancias, como la del periodista sevillano Isidro Cuberos, exjefe de prensa de Javier Arenas y hombre clave de la Gürtel en Andalucía. Cuberos desapareció tras salir con su motocicleta y tras varios días desaparecido se localizó su cadáver en una zona de difícil acceso gracias a un helicóptero de la Policía Nacional. Cuberos había sido imputado por las supuestas irregularidades en contratos del Ayuntamiento de Jerez con la trama, donde según la Policía habría actuado de “intermediario” entre las empresas de Correa y el Consistorio para conseguir contratos públicos. Siempre a la sombra de su mentor y amigo Arenas, quien se mostró muy afectado por su muerte, se había negado a declarar en anteriores ocasiones ante el juez.
Pero hay más muertes en extrañas circunstancias en el caso, como la de María del Mar Rodríguez Alonso, imputada también y esposa de uno de los portavoces adjuntos del PP en el Senado, Tomás Burgos Beteta, quien falleció en Bilbao horas después de ser hallada inconsciente en la habitación de un hotel de la ciudad. Estaba imputada por prevaricación y malversación de caudales públicos.
Capítulo aparte merece el extesorero del PP Álvaro de Lapuerta, cercano a los 90 años y en delicado estado de salud, pero más después de un accidente doméstico por el cual estuvo en coma. Una de las llaves para desentrañar la contabilidad B del partido apela ahora a los fallos de memoria cuando le piden explicaciones.