Hace unos días, en concreto el 30 de septiembre, en los medios de comunicación informamos de un descubrimiento sorprendente en el municipio madrileño de Arganda. A mazazos, en el polideportivo de la localidad, un funcionario derribó una pared y descubrió que había 1.200 metros de cuadrados de polideportivo perfectamente acabados, con todos lo necesario para ser utilizados... pero que habían sido tapiados. Y así llevaban desde enero 2011, cuando se abrió el polideportivo.
De dos millones a doce millones... un presupuesto enloquecido
El Gobierno de Arganda, entonces del PP, estaba presidido por el alcalde Pablo Rodríguez Sardinero. Las obras para la construcción del centro deportivo, que se habían disparado en precio desde los dos millones de euros inicialmente presupuestados hasta los casi 12 millones que al final costaron, fueron realizadas por varias constructoras, en algunos casos vinculadas a la Gürtel.
Ni los vecinos, ni el actual equipo de Gobierno, una coalición PSOE-IU, tenían ni idea de la existencia de todo esa superficie construida y equipada que descubrieron tras los mazazos del funcionario a la pared de pladur que las tapaba. El propio Ayuntamiento colgó un vídeo mostrando el despropósito.
Un 'error' compensado
Aunque aún no se conocía esta situación, el pasado mes de mayo los vecinos de Arganda decidieron cambiar de ayuntamiento y enviaron al PP a la oposición. Pero Pablo Rodríguez Sardinero se supo mover y encontró mejor acomodo en los brazos de la nueva presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, que le eligió nada menos que para el cargo de director general de Transportes.
En el momento en el que Cifuentes le eligió, aún no se conocía la locura de gastar ese dinero para después tapiarlo en un ayuntamiento que, bajo los últimos cuatro años de su mandato, aumentó en más de 70 los 110 millones que arrastra de deuda. Pero tampoco desde que se ha conocido su gestión Una de las direcciones que más dinero para gasto público mueven... lo que evidentemente tranquiliza poco ante los antecedentes.
Momento en el que un funcionario del ayuntamiento de Arganda, martillo en mano, derriba la pared tras la que se encontraban las instalaciones 'abandonandas'
De dos millones a doce millones... un presupuesto enloquecido
El Gobierno de Arganda, entonces del PP, estaba presidido por el alcalde Pablo Rodríguez Sardinero. Las obras para la construcción del centro deportivo, que se habían disparado en precio desde los dos millones de euros inicialmente presupuestados hasta los casi 12 millones que al final costaron, fueron realizadas por varias constructoras, en algunos casos vinculadas a la Gürtel.
Ni los vecinos, ni el actual equipo de Gobierno, una coalición PSOE-IU, tenían ni idea de la existencia de todo esa superficie construida y equipada que descubrieron tras los mazazos del funcionario a la pared de pladur que las tapaba. El propio Ayuntamiento colgó un vídeo mostrando el despropósito.
Un 'error' compensado
Aunque aún no se conocía esta situación, el pasado mes de mayo los vecinos de Arganda decidieron cambiar de ayuntamiento y enviaron al PP a la oposición. Pero Pablo Rodríguez Sardinero se supo mover y encontró mejor acomodo en los brazos de la nueva presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, que le eligió nada menos que para el cargo de director general de Transportes.
En el momento en el que Cifuentes le eligió, aún no se conocía la locura de gastar ese dinero para después tapiarlo en un ayuntamiento que, bajo los últimos cuatro años de su mandato, aumentó en más de 70 los 110 millones que arrastra de deuda. Pero tampoco desde que se ha conocido su gestión Una de las direcciones que más dinero para gasto público mueven... lo que evidentemente tranquiliza poco ante los antecedentes.
