El rayo que no cesa y el uso del uniforme para cometer presuntos abusos sexuales otra vez, al menos presuntamente. Salvando las diferencias, los hechos protagonizados supuestamente por dos agentes de la Policía Local de Estepona estando en horas de servicio recuerdan los deleznables acontecimientos de la tristemente famosa “Manada” de los Sanfermines por el uso de drogas, fiesta y alcohol de por medio, supuestos abusos sexuales y el carácter policial de sus integrantes.

Jóvenes de 18 años
Dos agentes de la Policía municipal de la localidad malagueña fueron detenidos por miembros de la Policía Nacional en calidad de presuntos responsables de un delito de agresión sexual a una joven de 18 años. A ambos policías, de 37 y 38 años, se les imputan una presunta comisión de delitos de agresión sexual, amenazas, prevaricación y contra la salud pública. Los supuestos delitos fueron cometidos luego de interceptar el vehículo en el que viajaba la joven junto a otra chica y un amigo y en el curso de un control de alcoholemia.

La investigación, que ha sido muy rápida tanto en la respuesta de la Policía Nacional como en la colaboración del ayuntamiento de quien depende el agente, se inició ayer derivada de la denuncia de una joven -que había llegado a la localidad costera para descansar tras los exámenes de Selectividad- y como consecuencia de una agresión sexual en Estepona, según información de la Policía.

La chica, según declaró a los agentes del Cuerpo de la Policía Nacional, viajaba junto a dos amigos en un turismo propiedad de uno de ellos cuando fueron interceptados en un control policial por los dos agentes municipales. En el transcurso de la intervención, ambos agentes preguntaron al conductor del turismo si había consumido bebidas alcohólicas.

Celebraban la Selectividad
El conductor les indicó que sí, pues habían estando celebrando la finalización, un día antes, de los exámenes. Tras esa respuesta la policía les conminó a que aparcaran el automóvil al tiempo que le pidieron un taxi para que los trasladara al lugar donde se alojaban. Al mismo tiempo, y aquí lo extraño del caso, se  ofrecieron a llevarles el coche cuando concluyese su jornada laboral. Aunque no está esclarecido totalmente, algunas fuentes sostienen que los jóvenes habrían solicitado que se les quitase la denuncia y a cambio ellos invitarían a los policías a una fiesta. Los dos agentes habrían accedido a llevarles el coche intervenido a su casa tras finalizar su turno laboral.

Suben al piso de los jóvenes
Según la declaración de los jóvenes, poco después de que los tres amigos llegaran a su residencia, acudieron ambos agentes vestidos de uniforme y en un vehículo particular de uno de ellos y no en el de los jóvenes como habían ofrecido a hacer. Se produjo una conversación de carácter amistoso y los agentes entraron al piso con la conformidad  de los jóvenes “dado que se trataba de policías” y como parte de un acuerdo para no ser denunciados a cambio de participar en una fiesta. Poco después de que los policías subieran al domicilio de los jóvenes acontecieron los presuntos hechos objeto de la denuncia.

Cocaína sobre su cuerpo desnudo y presunta violación
Según la versión de la joven denunciante, al poco rato los agentes habrían inducido a la chica a consumir cocaína y al menos uno de ellos podría haber abusado de la chica. Ante lo que estaba sucediendo una de las chicas huyó presa de un ataque de ansiedad y llamó al 061 y pidió auxilio a la Policía Nacional. Mientras esto ocurría, en el lugar de los hechos el chico intentaba oponerse a que desnudaran a su amiga siendo expulsado de la habitación de forma expeditiva por el otro agente. Fue en ese momento, según narró la supuesta víctima, cuando le quitó la ropa y tras echarle la cocaína sobre el cuerpo desnudo de la chica, y esnifar la droga, fue violada.

Detenido por sus compañeros

Poco después acudió el 061 y los agentes de la Policía Nacional, a los que los tres jóvenes informaron de los hechos. La policía procedió a activar el protocolo utilizado en estos casos y trasladó a la chica a un hospital. Se interrogaron a los posibles testigos y se trasladó la información al juez. Más tarde, eran compañeros de los propios policías locales de Estepona quienes procedían a la detención de uno de los agentes. El otro, tras ser localizado fue detenido por miembros de la Policía Nacional. A ambos agentes se les imputan delitos contra la salud pública, amenazas y prevaricación.

No era un control de alcoholemia
Curiosamente, se ha podido comprobar que estos dos agentes arrestados no estaban formando parte de un control de alcoholemia como aparentemente sucedió ya que este tipo de dispositivo necesita más número de agentes. Por tanto, estos habrían parado el coche de los jóvenes como parte de la labor habitual de control del tráfico pero nunca como integrantes de un dispositivo de control de alcoholemia. Los miembros de la plantilla local se encuentran consternados con los hechos. El propio jefe de la Policía Local ha confirmado que se trataba de una simple intervención rutinaria y no de un control.