La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha aceptado este lunes las dimisiones de la secretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y anterior presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, y del actual presidente de Renfe, Isaías Taboas, tal y como ha podido confirmar ElPlural.com.

El relevo se produce varias semanas después de las quejas de los gobiernos de Cantabria y Asturias por el fallido proyecto del Cercanías en las dos regiones ya que los trenes que no hubieran cabido por los túneles. La ministra ya anunció hace unas semanas que se había iniciado y abierto una auditoría por los errores cometidos. El pasado 6 de diciembre se produjo el primero de los ceses, en esta ocasión de la titular de la jefatura de Inspección y Tecnología de vía de Adif, además del gerente de los trenes de Cantabria, que pertenecía a Renfe.

Raquel Sánchez ha querido trasladar tanto a Pardo de Vera como a Taboas su  "reconocimiento y agradecimiento" por el trabajo desempeñado en sus respectivos cargos. De esta forma, el relevo permitirá, según indica el propio Ministerio, poner en marcha un cambio para comenzar, a pocos meses de las elecciones, una nueva etapa en la Secretaria de Estado de Mitma y en el operador ferroviario.

Esta tarde está prevista una reunión entre el presidente del Gobierno, la ministra de Transportes y los presidentes de Asturias y Cantabria, Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla. Ambos mandatarios regionales pedían que se depuren responsabilidades por lo sucedido, y esta tarde van a pedir plazos concretos para la puesta en servicio de los nuevos trenes.

Por su parte, Barbón ha asegurado esta mañana que sienten "ridículo" y que no está dispuesto a "comprar cualquier plazo" para tener funcionando los trenes.

Unos trenes que no caben en los túneles

A principios de febrero, se conoció que la fabricación de los 31 trenes de ancho métrico adjudicados por Renfe a CAF en 2020, para renovar la flota que presta servicio de Cercanías y Media Distancia en Asturias, Cantabria, País Vasco, Galicia, Castilla y León y Murcia, se iba a demorar por un problema en su diseño.

Renfe contrató dichos trenes en 2020 con medidas erróneas para los túneles de la red de ancho métrico (antigua Feve) y, una vez detectado el problema, se empezó a buscar soluciones, descartando la aplicación de los gálibos estándar, ya que se construirían trenes con unas dimensiones inferiores a las de los actuales y, por tanto, demasiado pequeños para las prestaciones que se buscaban.

Finalmente, se optó por el denominado “método comparativo”, recogido en la norma europea EN 15273, que consiste en la utilización como base un tren que actualmente circula por las líneas de ancho métrico como referencia.

Aunque el uso de este método en España ya era compatible con la vigente orden ministerial (OM) de 2015 por la que se aprueba la "Instrucción ferroviaria de gálibos" (IFG), el Ministerio modificó su texto el pasado sábado para incluir de manera explícita la referencia a dicha norma europea.

El método comparativo "permitirá optimizar el diseño y el aprovechamiento de la sección transversal disponible en la red de ancho métrico", de acuerdo con el Ministerio, que ha insistido en que no se ha fabricado ningún tren, puesto que las "incongruencias" se detectaron en las primeras fases del diseño de las nuevas unidades, y que "no se ha malgastado ningún euro de los españoles".