Desde el inicio del mandato de la popular Isabel Díaz Ayuso, que lleva al frente de la Comunidad de Madrid desde 2019, se han evidenciado una serie de decisiones neoliberales en materia de recortes en la sanidad pública que han generado preocupación y sufrimiento en la gran mayoria de los madrileños, así como en los propios profesionales sanitarios que trabajan bajo unas condiciones laborales precarias e incluso peligrosas. Estas medidas han impactado en áreas clave como son la inversión en recursos humanos y materiales, la apertura y mantenimiento de centros de salud, además de en la atención primaria y hospitalaria. De esta forma, la reducción de presupuesto destinado a la sanidad, junto con la privatización de algunos servicios, ha suscitado multitud de críticas en la sociedad, ya que estas decisiones políticas ponen en riesgo la calidad y accesibilidad de la atención médica para los ciudadanos. 

En este sentido, se ha hecho viral un vídeo publicado en Twitter en el que una uróloga de la sanidad pública madrileña explica una de estas situaciones precarias que viven los sanitarios, consecuencia directa de los recortes y de la mala gestión de los hospitales privados y de las aseguradoras. Las declaraciones de la doctora arrojan luz sobre las preocupantes dinámicas que se viven pacientes y sanitarios en la Comunidad de Madrid, pues la situación que relata revela una interacción injusta entre los hospitales privados y públicos, ya que ante la falta de especialistas de urgencias en el sector privado, los pacientes graves y urgentes se derivan a la pública para recibir atención inmediata. Un fenómeno que se repite a menudo y que contribuye al mantenimiento de la sanidad privada, que puede funcionar con tarifas más bajas al externalizar los casos más críticos y costosos hacia la red pública.

"Aquí estoy, de guardia, esperando para entrar en quirófano", comienza explicando la cirujana, "he tenido que venir porque me han avisado de un traslado de un hospital privado", matiza. "Os cuento, me avisan de una paciente con una patología grave que precisa de quirófano urgente en un hospital privado cercano donde estoy yo de guardia, pero resulta que en ese hospital los urológos están de vacaciones y entonces ese servicio ahora mismo no lo tienen", relata la especialista, vestida con el pijama verde característico. En este contexto, añade: "Estaban intentando trasladarla a otro hospital privado cercano, pero tampoco había opción. Y como yo no me puedo negar, pues la sanidad pública asume ese paciente, lo meteré yo ahora en quirófano. Y ya está", explica la doctora con un cierto tono de denuncia social. "Por eso se mantiene la sanidad privada" termina reflexionando la cirujana, "con 50 euros al mes de los pacientes, porque luego cuando hay algo grave nos lo pueden trasladar a nosotros y ya el gasto importante nos lo quedamos nosotros", argumenta de manera tajante para finalizar.

Más carga con menos presupuesto

El testimonio de la uróloga también pone de manifiesto un problema de coordinación y planificación en el sistema de salud. La falta de disponibilidad de especialistas en un hospital privado conlleva a una búsqueda frenética de alternativas, lo que resulta en peligrosas demoras y en la derivación a la sanidad pública. Esta dinámica genera, sin lugar a dudas, una carga adicional para los profesionales y sus recursos de la sanidad pública, que deben hacer frente a situaciones urgentes sin una planificación previa. Una carga que repercute también, inevitablemente, en la calidad y eficiencia de la atención que se brinda a los pacientes.

Un sistema sanitario abandonado por Ayuso

La relación entre los recortes en la sanidad pública y el fortalecimiento de la sanidad privada también se pone de manifiesto en el relato de la doctora. La reducción de presupuesto y de recursos en la red pública y la falta de opciones en el sector privado terminan costando más a una sanidad pública que agoniza ante el abandono de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Además, el argumento de que los pacientes costean la sanidad privada con sus pagos mensuales, solo para ser derivados a la pública en casos críticos, plantea muchos interrogantes sobre la equidad y eficacia de un sistema promovido por las políticas neoliberales del Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso.

Así, este valioso pero no inusual testimonio evidencia la necesidad de una planificación y una gestión más efectiva en el sistema de salud madrileño. La coordinación entre los sectores público y privado, tanto como la asignación adecuada y justa de recursos y personal, son elementos cruciales que no parecen plantearse desde el Ejecutivo de Ayuso y que sirven para garantizar una atención médica de calidad y accesible para todos los ciudadanos, sin depender de las urgencias y las derivaciones inesperadas.