La estrategia de Pablo Casado de convertir al PP en el partido de gobierno de la mayoría de las comunidades autónomas tras las elecciones del 26 de mayo, aún perdiendo centenares de miles de votos y decenas de diputados regionales, como así ha sucedido en Andalucía, donde Moreno Bonilla es presidente de la Comunidad con 7 diputados menos y con 315.000 votos perdidos respecto a las elecciones de 2015, no le funcionará en el resto de España, al menos en Castilla-La Mancha, donde Ciudadanos, partido que gobierna en coalición con los “populares”  en tierras andaluzas con el apoyo expreso de la extrema derecha de Vox, le ha mandado un recado advirtiéndole que “Castilla-La Mancha no es Andalucía”, ni “Emiliano García-Page es Pedro Sánchez”. Mi gozo en un pozo, que diría aquél.

Y es que deja mucho que desear la táctica diseñada por los gurús “peperos”, con su secretario general a la cabeza, Teodoro García Egea, que se permite el lujo de llamar “cobarde” al presidente del Gobierno de todos los españoles, incluido de los murcianos, tierra natal del “organero del Mar de la Manga Menor”, dicen fuentes socialistas castellano-manchegas refiriéndose al “número dos” de Casado. Y es una estrategia equivocada porque Ciudadanos aspira al “sorpasso” y a sustituir al PP en el centro derecha español. Difícil tarea si, además, le facilita gobiernos y lo aúpa a la primera fila autonómica que ya ostentó en las elecciones locales y regionales de 2011.

Decimos todo esto porque un día sí y otro también, los portavoces de Ciudadanos mandan continuos recados al PP para que no se venga arriba y se crea “el puto amo”, reconocen a ELPLURAL.COM fuentes de la dirección del partido naranja. Tanto es así, que recientemente la precandidata de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, Lorena de Miguel, ha recordado al presidente manchego de los “populares”, Paco Núñez, que “Andalucía es bastante diferente a Castilla-La Mancha. Allí, el PSOE llevaba casi 40 años de gobierno, se creía que el poder era suyo, y era una de las regiones más corruptas. Eso tenía que cambiar. En Castilla-La Mancha la situación es distinta”. Blanco y en botella.

“No tenemos problemas con Page”

Y todo lo dicen porque en el PP están convencidos de que la vía andaluza se repetirá en toda España en general y en Castilla-La Mancha en particular. En este sentido, el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Vicente Tirado, que hasta hace unos meses era el delfín de María Dolores de Cospedal en esta comunidad, se muestra convencido de que su partido gobernará en Castilla-La Mancha y no descarta que pueda haber “un escenario como ha pasado en Andalucía, de forma que “otros partidos del centro derecha” apoyen al presidente del PP regional, Paco Núñez. Para Tirado Vox y Santiago Abascal son “de centro derecha”. Ahí queda la cosa.

Aún es más. El propio portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Guirauta, viene dejando clara la disposición de Albert Rivera de pactar con el socialista Emiliano García-Page en el caso de que al actual presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha le hiciera falta el apoyo de los naranjas para revalidar la presidencia de esta comunidad, como ya adelantó el pasado mes de diciembre esta redacción.

Ciudadanos lo recuerda constantemente. El modelo andaluz no es exportable a otras comunidades y, además, pone directamente al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, como ejemplo de alguien con el que no rechazarían pactar en caso de que fuera necesario. Para el portavoz de Rivera “cada convocatoria electoral tiene su contexto” y en Andalucía “pasaba por desalojar a Susana Díaz de la presidencia”, dice, pero matizando que Ciudadanos dará prioridad a los pactos con las formaciones “constitucionalistas” y “europeístas”, por lo que no serán proclives a acuerdos en los que Vox tenga algo. Por el contrario ven más favorable posicionarse junto al PSOE, al menos el PSOE “ajeno al sanchismo”, dice Girauta, para seguidamente exclamar: “¡Qué problemas íbamos a tener nosotros en pactar con alguien como Page!”.

Y es que el desánimo y el nerviosismo del PP castellano-manchego ha entrado en barrena después de comprobar que Vox tiene más poder de convocatoria y recibe el éxodo masivo de militantes y votantes que hace tan solo un año formaba parte indiscutible del suelo electoral de los conservadores, en caída libre desde la elección de Pablo Casado, como así lo recoge la mayoría de las encuestas, incluido el CIS, que lo sitúa como cuarta fuerza política después de lograr en las elecciones de 2011 el mayor número de votos jamás antes conseguido por ningún partido democrático en España.

Sin embargo, el PSOE de Castilla-La Mancha no acaba de creérselo y alerta de que PP y Vox en la región están en pleno proceso de “conchabeo” y preparando “el gran asalto” de cara a una posible alianza que les sirva para desbancar a los socialistas del Gobierno autonómico, según declaraciones del diputado regional Fausto Martín, quien recuerda que en mayo los manchegos se “juegan que vuelvan las políticas recortadoras del PP"”, pero en este caso agravadas “por sumarse a un partido más radical” como a su juicio es Vox.