Aunque más de la mitad de los españoles consideraba que Alberto Núñez Feijóo se convertiría en el próximo presidente del Gobierno antes de celebrarse las elecciones generales del 23 de julio, la mayoría prefería a Pedro Sánchez para revalidar el cargo. Es el resultado de una de las más recientes encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) acerca de las perspectivas electorales de la ciudadanía, publicada este jueves y que ha entrevistado a una muestra de 27.060 personas

De acuerdo con los resultados, Feijóo era el político que los encuestados consideraban mayoritariamente que se haría con la presidencia del Gobierno, con un 51,6%. Sánchez ocupaba el segundo lugar, con un 31,7%. Sin embargo, cambian las tornas cuando la pregunta es quién prefieren los ciudadanos para ocupar el cargo: Sánchez lidera la preferencia de los encuestados con un 36%, frente al 28,7% que eligen a Feijóo como su predilecto. 

A su vez, esta encuesta desvela que los españoles votaron en positivo, esto es, que un 66,6% lo hicieron porque las propuestas del candidato elegido les gustaban o les motivaban a votarle, frente a un 17,5% que votó en oposición a las que no les gustaban. En la misma línea, un elevado 81% de los encuestados expuso que estaba convencido de que iría a votar.

En lo que respecta al voto por correo, la primera opción de los votantes encuestados fue el PSOE con un 30,9%, frente a un 26,3% del PP, un 20,6% de sumar y un 7,8% a Vox. Mismo orden de elección que cuando se pregunta a los ciudadanos encuestados por el partido que más se acerca o asocia a lo ideal para el conjunto de la sociedad española.

Esta encuesta pretende, de acuerdo con el propio Centro de Investigaciones Sociológicas, conocer cuáles fueron las motivaciones de los electores antes de depositar sus papeletas en las urnas. La cita electoral del 23 de julio dejó una victoria del Partido Popular con un 33% de los apoyos y 137 escaños, frente a los 121 y 31,7% del PSOE, los 12,4% y 33 parlamentarios de Vox y 12,3% y 31 de Sumar. La participación fue más elevada que la de la anterior convocatoria, concretamente cuatro puntos más (70,40% en esta ocasión), pero estuvo dos puntos por debajo de la media histórica de la democracia española.

Ninguno de los bloques alcanza la mayoría absoluta con las cifras desprendidas de las urnas, por lo que las aritméticas parlamentarias comienzan a moverse y el alcance de pactos con más partidos es fundamental para gobernar. En este sentido, es el PSOE el que más cerca parece estar de una hipotética investidura, sumando los votos a favor de los partidos soberanistas, y estando sobre la mesa una posible negociación para la abstención o el voto a favor de Junts, por el que también está pugnando el Partido Popular para investir a Feijóo como presidente.

Los 'precios' de la investidura

Aunque el sentido del voto de la mayoría de partidos es ya conocido antes de las sesiones de investidura gracias a las declaraciones de sus portavoces y de su histórico en sesiones previas, lo que más puede llegar a variar es el 'precio' de los apoyos. Nadie da su brazo a torcer de manera gratuita y, particularmente, son los partidos independentistas los que más caros venden su 'sí'. 

En concreto, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha subido significativamente su apuesta en las negociaciones para la investidura. Tras reivindicar un cerrojazo a la ultraderecha, ahora los partidos independentistas han percutido en su histórica petición como condición para apoyar a Pedro Sánchez: la concesión de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Así lo dejó patente este martes el president de la Generalitat y líder de Esquerra Republicana (ERC), Pere Aragonès, en una rueda de prensa en la que exigió al dirigente socialista "moverse" para resolver el conflicto político y poner encima de la mesa una propuesta en este sentido. "Cataluña debe votar su futuro y se tiene que poner fin a la represión. Este es nuestro punto de partida", sostuvo en su intervención.

"En los últimos años hemos movido a Pedro Sánchez. Es necesaria valentía para resolver el conflicto, poner fin a la represión y que la ciudadanía de Cataluña tenga la palabra", expresó en rueda de prensa desde la sede del Gobierno regional. A su vez, Aragonès también sacó pecho de haber "frenado" un gobierno de la derecha con la ultraderecha al tiempo que hizo una llamada a la responsabilidad. "Cataluña ha frenado un gobierno de derecha y de extrema derecha, quienes quieran seguir gobernando en el Estado tendrán que cumplir con la agenda catalana. Desde Cataluña deberemos actuar en defensa del país, aglutinando y sabiendo sumar responsabilidades", sostuvo, tras el Consejo Ejecutivo de la Generalitat.