La polémica suscitada por la figura del mediador que el Ejecutivo llevará a la mesa de negociación con los independentistas ha originado un tsunami político. Tanto es así que el Gobierno de Pedro Sánchez prefiere hablar de la figura de un ‘relator’ y no de una personalidad que se encargue de mediar entre las partes.

Cuando Aznar ejerció de mediador

Mediar entre las partes para llegar a un acuerdo. Ese es precisamente el papel que desempeñó Aznar hace apenas 8 años, como desveló ElDiario.es en 2014 . Por aquel entonces, un desconocido para muchos Pablo Casado ejercía como asistente y vocal de la oficina del expresidente.

Era septiembre de 2010. Befesa, filial del grupo Abengoa, contrató a José María Aznar para interceder con el Gobierno de Muamar el Gadafi y conseguir así adjudicaciones de cuatro nuevas desaladoras en Libia.

Sin duda, la buena relación personal entre Aznar y el dictador convertía al expresidente en el mejor mediador posible para conseguir el permiso del Gobierno para llevar a cabo las inversiones. 

Es algo que el expresidente del Gobierno admitió en su día, defendiendo que la remuneración por trabajar como intercesor fue "perfectamente transparente, declarada y tributada" a Hacienda.

Lo más llamativo es que en la época en la que se produjo el negocio -que Abengoa cifró en 950 millones de euros-, Pablo Casado ejercía como asistente y vocal de la oficina de Aznar. Es decir, era el hoy presidente del Partido Popular quien recibía las comunicaciones entre Aznar y el gobierno de Gadafi.

Algo a lo que Casado siempre quitó importancia. De hecho, el hoy presidente del PP aseguró en su día que eso era "un formalismo". Además, se excusó en que por aquella época “Gadafi no era considerado un dictador”.

Durante muchos años, con su mayoría absoluta, el PP impidió que el asunto fuese a más pese a las investigaciones en prensa sobre la turbia mediación. De hecho, el Partido Popular se esforzó en que el negocio más polémico de Aznar quedara en el olvido.

Mediador o ‘asesor empresarial’

Todo ello hasta el pasado mes de septiembre, cuando el diputado de Ciudadanos, Toni Cantó, en la comisión parlamentaria que investigaba la supuesta financiación irregular del Partido Popular, formuló la siguiente pregunta a José María Aznar: “¿Cuál fue la participación del actual presidente del PP, Pablo Casado, en los negocios realizados por usted en Libia con el dictador Gadafi?”

Si me pregunta usted por el actual presidente del PP y qué tuvo que ver en unas actividades de asesoramiento empresarial en Libia, le tengo que decir que no tuvo nada que ver”, respondió el expresidente del Gobierno con gesto serio.