Participantes en la manifestación celebrada el domingo en Madrid de trabajadores y usuarios de la sanidad pública como forma de protesta por los planes del gobierno regional de privatizar la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud. EFE

 

 


En medio de la polémica por la privatización sanitaria en la Comunidad de Madrid, una noticia ha encendido las alarmas por tratar un tema delicado, como las mamografías, y por la implicación de Capio Salud, la omnipresente empresa que se encuentra tras muchos hospitales de gestión privada. Según cuenta El País, esta compañía ha maniobrado para quedarse con el servicio público de mamografías en la región madrileña.

El sistema de detección precoz del cáncer de mama es algo muy conocido por las mujeres, que entre los 50 y los 69 años tienen que realizárselas cada 24 meses. Muchas de ellas acuden a las unidades móviles que gestiona la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc).

"Absoluta falta de transparencia"
El servicio sale a concurso público de manera periódica por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid, del PP, y la ONG lo había ganado. Sin embargo, ahora la Aecc ha firmado un contrato con Capio por el que esta entidad le donará un millón de euros a cambio de que le ceda el contrato y no vuelva a presentarse a la próxima convocatoria. Esto ha provocado que el Consejo de la Junta en Madrid dimita en bloque por "la absoluta falta de transparencia en la firma del contrato con la entidad privada Capio”.

Renovación de equipo
A principios de julio, la Aecc y el gobierno madrileño firmaron su contrato de “gestión de servicio público” para realizar “mamografías de cribado en instalaciones móviles” por 11,4 millones durante cuatro años. En el concurso público ganado por la ONG se exigía “la sustitución gradual de los equipos analógicos” por otros digitales antes del 31 de diciembre.

Capio, "socio tecnológico"
Como la Aecc no podía comprar los nuevos mamógrafos se decidió buscar "un socio tecnológico". Entre las ofertas, a finales de noviembre se impuso la de Capio, que ofrecía “realizar la inversión de los siete mamógrafos digitales a instalar en las unidades móviles previa cesión de estas últimas por parte de la Aecc”. “Hasta el momento que se produzca la cesión del contrato, Capio llevará las actividades accesorias que no requieren aprobación por parte del Sermas [Servicio Madrileño de Salud]”, añadía la propuesta, refiriéndose a las labores de citación y gestión administrativa.

No más concursos
El acuerdo incluía cuatro puntos a cada cual más curioso. Primero, que durante 2013, "Capio entregará una donación / subvención a la Aecc por importe de 1.000.000 euros". Siguiente, que “hasta que se produzca la cesión del contrato se buscará un sistema de remuneración a favor de Capio equivalente al que habría tenido si se hubiera cedido el contrato”. Sobre el personal: “Finalizado el contrato, Capio tendrá que haber asumido el personal adscrito al programa”. Y por último: “La Aecc asume el compromiso de no presentarse al siguiente concurso público”.

"Serias dudas de legalidad"
A la reunión en la que se planteó el acuerdo, Silvia Meléndez, presidenta de Aecc Madrid, acudió con un informe de la Junta que afirmaba que la propuesta “plantea serias dudas de legalidad” porque por mucha subvención que prometiera Capio, no se les podía dar unas gestiones que "de acuerdo con la ley y con el contrato, no puede ceder”. El informe también avisaba del “altísimo riesgo de daño reputacional para la Aecc” si se conocía esta "cesión encubierta" a Capio.

Destituida y dimisión en bloque
La dirección nacional de la Aecc no permitió a Meléndez leer este informe en la reunión del 20 de noviembre. El 5 de diciembre, la Aecc sustituye a Meléndez y le avisa por correo electrónico. Ese mismo día, los 11 miembros del Consejo madrileño dimiten al unísono.

Citarán a los pacientes
Ahora, desde la Aecc explican a El País que el acuerdo con Capio ha cambiado, porque ahora la empresa comprará los mamógrafos digitales y los alquilará a la Aecc. También se encargará de citar a los pacientes. “Las mamografías las seguimos haciendo nosotros”, explica el director general de la Aecc, Ricardo Carramiñana. “Lo único que hemos buscado ha sido tener la mejor tecnología para las mujeres. El proceso ha sido transparente”, añadió, aunque aseguró que no sabía la cantidad que se pagará a Capio.

Donación de un millón de euros
Según Capio, las máquinas cuestan dos millones de euros y no precisan cuánto cobrarán por realizar las citas. Acerca de la "donación" de un millón de euros, las fuentes de la empresa señalan que "la haremos o no en el futuro, ya veremos. La Aecc tiene un fin social muy loable y nosotros también investigamos sobre cáncer. Finalmente, eso se ha desvinculado”. Carramiña alega que la propuesta de Capio que la Aecc presentó en el Consejo ejecutivo era sólo una “base inicial” para ser estudiada y “no como un documento definitivo”.