El ministro de la presidencia, Félix Bolaños, ha mostrado su notable enfado con el comportamiento de José María Sánchez García, diputado de Vox, tras compararle a él con Joseph Goebbles y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Adolf Hitler. Su enfado ya era evidente cuando le respondió desde la tribuna, pero ha abundado en él durante una entrevista en la Cadena SER, urgiendo a no normalizar este tipo de comportamientos y que todos los grupos del arco parlamentario tomen medidas, ya que no es aceptable.

“En la sede de la soberanía nacional no tenemos que tolerar los insultos, es un principio democrático”, ha comenzado; y ha continuado recordando que no es algo nuevo puesto que “al presidente le toca todos los días, le insultan y caricaturizan”. “La ultraderecha no puede ser blanqueada y normalizada. Ayer no pasó nada [tras lo ocurrido]. Hubo un cierto murmullo, pero está totalmente normalizado. Vox es un partido que promulga que se ilegalicen partidos políticos, que se cierren cadenas de televisión o que se anule el derecho a huelga. No son unos nostálgicos y un poco ridículos, no, son peligrosos”, ha lamentado.

A su juicio, el primer muro a levantar para contener esta delirante deriva es un gran consenso entre los dos principales partidos, PSOE y PP: “Tenemos que tener un diagnóstico común y tiene que empezar por no meter en los gobiernos a la ultraderecha”. Mal inicio, pues, ya que Alfonso Fernández Mañueco integrará a la formación dirigida por Santiago Abascal en el Ejecutivo de Castilla y León.

“Insultan de manera sistemática a todo el mundo y se normaliza. No puede ser que al presidente del Gobierno se le compare con Hitler”, ha sentenciado.

Preguntado, precisamente, por el encuentro entre Pedro Sánchez y el nuevo líder del PP que sentará las bases de una nueva etapa, Bolaños ha sostenido que “esperamos que se recuperen consensos básicos que nunca se debieron abandonar y que se han abandonado en los últimos años”. El más urgente, bajo el argumento de “cumplir la Constitución”, es la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato caducó hace más de tres años y Pablo Casado mantenía bloqueado. También ha apremiado a hacer frente común ante las consecuencias de la guerra de Ucrania y en la lucha contra la violencia de género. En definitiva, ha afirmado que es necesario que “el PP de un giro”.

Sánchez le trasladará a Feijóo 11 puntos de relevancia en los que podrían comenzar a trabajar y “construir diálogo”, en palabras de Bolaños. Sin embargo, el líder popular ya ha avanzado que no se moverá salvo que haya una rebaja de IRPF. “No creo que sea buena noticia llegar a una reunión y poner condiciones previas. No se corresponde con una actitud abierta”, ha afeado a este respecto el ministro socialista. Además, ha criticado que el PP “tiene una vieja costumbre con los impuestos, que es bajarlos en la oposición y subirlos todos en el Gobierno”.

El giro del Sáhara

La de Feijóo no es la única cita importante que tiene Sánchez este jueves. Mohamed VI le ha invitado a Marruecos tras plegarse al plan de autonomía del Sáhara Occidental. La periodista Àngels Barceló ha preguntado a Bolaños por el hecho de que acuda sin el respaldo de ningún otro partido tras la decisión adoptada; y este se ha sacudido las críticas alegando que “es una apuesta por abrir nuevas relaciones con Marruecos” y forma parte del plan de estabilización del país.

“Teníamos un problema en la frontera con Marruecos y las relaciones no pasaban por su mejor momento. El viaje que inicia hoy el presidente es un viaje muy especial para abrir una nueva etapa. Dos países vecinos y socios estratégicos se dan la mano y trabajan conjuntamente con lazos de amistad”, ha zanjado.

Sobre cómo ha afectado esto al vínculo con Argelia, se ha limitado a decir que “tenemos una relación sólida” y “siempre ha sido un socio fiable, lo que le agradecemos”.