La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha pedido a su partido que no se hable, al menos, mal de Vox, en la campaña para las elecciones autonómicas del 4 de mayo, un reclamo que rompe con la estrategia de puño duro mantenida por Pablo Casado frente a la formación de Santiago Abascal.

Díaz Ayuso hará una campaña en clave nacional y se presentará como la candidata capaz de frenar la coalición de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, en la Moncloa, según publica hoy la periodista Carmen Morodo, en La Razón.

El equipo de campaña de la presidenta cree que Ayuso es capaz de mover a su favor, incluso, voto de izquierdas, que la elegirán "pensando más en el bolsillo que en cuestiones ideológicas". No conciben que la dirigente popular pierda las riendas de la Comunidad de Madrid con todos los sondeos a su favor.

Ignorar a Vox para apagarles

La estrategia de la líder del PP en Madrid descoloca la seguida hasta ahora por el propio presidente del partido, Pablo Casado, que apostó por el choque frontal con Vox en un intento de posicionarse más al centro y huir de la extrema derecha. Ayuso está preparada para negociar con la candidata Rocío Monasterio, si llega el momento de hacerlo, lo que es bastante probable. Sin embargo, las intenciones de la presidenta madrileña no se reducen a esto. Confía en que evitar la confrontación con la formación de Abascal, y hasta "ignorarles", puede servir para "diluir la marca verde y conseguir una diferencia en escaños lo suficientemente holgada como para que Ayuso esté en condiciones de marcar límites a las condiciones a su investidura".

Una campaña sin barones moderados

Para su apuesta por la campaña en clave nacional, Ayuso desdeña de los barones "moderados" del PP, que "no son vistos como una ayuda que sume en una campaña absolutamente polarizada y en la que estallará en su máxima potencia el conflicto Sánchez-Ayuso, que la presidenta madrileña ha ido cultivando durante toda la gestión de la pandemia", afirma Morodo en su artículo.