Los típicos movimientos internos y precongresuales de los partidos cara a imponerse en los congresos ya se han iniciado en Ciudadanos y de manera muy virulenta y aspecto cainita en Andalucía. Dos son los bandos en el ring naranja. De una parte se hallan los partidarios de quien fuera el todopoderoso responsable de la organización del partido y hombre de confianza de Rivera, Fran Hervías. De otra el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, junto a su núcleo de poder en torno al gobierno andaluz.

Aunque Hervías hizo toda su carrera política en Cataluña, sus orígenes granadinos le llevaron a presentarse en febrero de este año a las primarias para encabezar la lista de Cs por Granada de cara a las elecciones del 28 de abril. Hervías que sustituyó al actual alcalde de Granada, Luis Salvador, que encabezó la lista al Congreso en los comicios de 2016, consiguió inicialmente su acta de diputado en los comicios generales de abril. Meses después la perdió en las elecciones generales de noviembre. Sin embargo ya ha fijado su residencia en Granada y todo indica que su deseo es seguir haciendo política como lo indica que es miembro de la Gestora nacional del partido.
 

Hervías cuenta con el poder orgánico nacional


Para ello cuenta con distintos apoyos de numerosos cargos tanto orgánicos como institucionales que deben su status actual a Hervías. Además cuenta a su favor con el hecho de poseer una parte importante de la influencia orgánica ya que como se ha mencionado es miembro de la Gestora nacional que ha de organizar el congreso de marzo. El granadino obtuvo más del 90 % de los votos de los consejeros generales que eligieron a los miembros de este órgano.

A otro lado del cuadrilátero, con calzón muy grande y más de 1,83 de altura, se halla el gaditano Juan Marín. Comenzó su trayectoria política en Alianza Popular integrándose en la lista del partido para las elecciones municipales de 1983 en su localidad, Sanlúcar de Barrameda. En el año 2000 ya lo vemos trabajando en el gabinete de comunicación municipal del Partido Andalucista. En 2006 fundó el partido Ciudadanos Independientes de Sanlúcar (CIS). En 2007 obtuvo tres concejales y empezó a gobernar en coalición con el PSOE en el ayuntamiento, echando del gobierno al Partido Popular. Con los socialistas Marín fue primer teniente de alcalde. Ahora con los populares Marín es Vicepresidente de la Junta. Con esta capacidad asombrosa de mutarse su futuro no está escrito.
 

La ideología del junco


Paradójicamente Juan Marín le debe su carrera política en Ciudadanos a su rival actual, Fran Hervías, pues fue este quien en 2011, le eligió para que se integrase en las filas del partido naranja aunque manteniendo su cargo de teniente de alcalde por la formación independiente sanluqueña. Es por tanto Hervías quien integra a Juan Marín en Ciudadanos y quien le abre las puertas del liderazgo y de su salto a la política regional ya que, años después, en 2015, le llama como secretario de Organización del partido, y le ofrece presentarse a las primarias de su partido para encabezar la lista de la formación a la presidencia de la Junta de Andalucía (tras el rechazo del granadino Luis Salvador de esta misión). Algo que vista la escasa democracia interna del partido y los modos con los que se quiebra la pulcritud en las primarias, hacen que Marín se convierta en el líder andaluz de Ciudadanos y de ahí, tras ser fiel aliado de Susana Díaz y de los socialistas, transformarse en solo tres meses en su peor enemigo y en el aliado más sumiso del Partido Popular para alcanzar lo que es ahora, vicepresidente del Gobierno andaluz.

De la debilidad y adaptabilidad de los planteamientos ideológicos personales y efímeros de Marín cabe recordar que tras un mandato de socio externo de los socialistas en la Junta, pocos meses antes de convocar elecciones Susana Díaz, Marín dijo aquello de que “Díaz es una persona de fiar. Ha cumplido el 70 por ciento de su mandato”. Meses después se fue con armas y bagajes con el PP de Moreno Bonilla en un gobierno en el que se siente “bastante cómodo y muy a gusto” a pesar de ser mantenido y sostenido por los ultraderechistas de Vox.

Con este escenario y ante el congreso nacional de marzo y las primarias andaluzas, ambos, Juan y Fran, Marín y Hervías, se preparan para una lucha por el poder territorial de una formación que, aunque reducida a la mínima potencia con 10 escaños en el Congreso, aun les apetece dominar por lo que pueda pasar en el futuro, fusiones por absorciones incluidas.

El vicepresidente de la Junta se siente dolido por haber perdido la primera batalla al no entrar en la Gestora nacional de Ciudadanos. En su lugar los ex lugartenientes de Rivera han apostado por el malagueño Guillermo Díaz, un conservador muy conservador experto en historia militar ¿Será Díaz la alternativa orgánica andaluza en el futuro laminando a Marín?

Hervías desde la gestora controla lo orgánico pero el sanluqueño manda en parte del BOJA y como contrarréplica ha cesado fulminantemente a la Viceconsejera de Educación de la Junta, Marta Escrivá, persona de confianza de Hervias. Y además de cesarla ha mandado un mensaje a sus enemigos internos al justificar el cese como un hecho de absoluta normalidad avisando a navegantes “hervíanos” de que podrán venir más ceses en el futuro.

Preguntas en el aire


Así las cosas ¿Se escribirá también con nombre de mujer el próximo cese? ¿Fusionará consejerías para mandar a un segundo plano a los afines a Hervías como la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, la famosa “liberal ibérica” de la “mortadela” en el ridículo spot de campaña con Rivera? ¿Usará Marín la Junta de Andalucía para disputas orgánicas e ir al Congreso nacional con más fuerza y enemigos debilitados? ¿Dejará de mantener en el ostracismo institucional al alcalde de Granada, Luis Salvador? ¿Recelará más del vicepresidente de la Diputación de Málaga, Juan Carlos Maldonado, al que ve como otro posible enemigo en sus planes de crear baronías territoriales?

Los rumores indican que tras el cese de la Viceconsejera de Empleo y el aviso-amenaza de que pueden venir más destituciones, en el fondo lo que Juan Marín maquina es una reestructuración de la parte del gobierno que le compete en la Junta para reducir el poder de los críticos e impulsar a los que sí se pliegan a su estrategia y objetivos. Ello incluye fusión de consejerías y nuevos nombramientos tras los ceses pertinentes.

Una fuente naranja con comunicación con la gestora nos dice: “Que se ande con cuidado. Ni Arrimadas es tan amigo de Marín como este presume, ni los apoyos que cree tener dentro del partido en Andalucía son tantos como los que él alardea. Y en el estado de shock en el que se halla el partido tras la hecatombe electoral todo se puede precipitar”.

Tras el Congreso nacional de marzo puede suceder de todo. Las espadas están muy en alto. Puede incluso que Marín regrese en el AVE de Madrid-Sevilla derrotado pero pensando en continuar en la política. Solo se trata de volver a sus orígenes y coger el primer tren de partido al que se subió en sus inicios. Puede, todo puede ser.