Bruce Springsteen ya no se calla nada. En una entrevista explosiva y desde los escenarios europeos, el icono del rock lanza dardos directos contra Donald Trump, al que tacha de “imbécil” y “corrupto”, y denuncia las redadas migratorias del ICE como “una repugnante tragedia”. Sus palabras están dando la vuelta al mundo, encendiendo el debate político y reafirmando el poder del arte como herramienta de resistencia.

El Boss suelta la bomba: “Trump es un imbécil”

Bruce Springsteen ha vuelto a demostrar que no solo es una leyenda del rock, sino también una conciencia crítica y valiente. Durante una reciente entrevista y a lo largo de su gira Land of Hope & Dreams Tour, el artista ha arremetido sin filtros contra el presidente Donald Trump, lanzando declaraciones que han causado un auténtico terremoto político. En Berlín el 11 de junio, lo calificó de “corrupto, incompetente y traidor”. En Manchester, durante el arranque de la última etapa, alertó al público sobre el auge del autoritarismo: “Estamos viviendo una tragedia estadounidense”.

“Trump es un imbécil”, dijo sin titubeos. No se quedó ahí: lo acusó de aprovecharse del miedo, del descontento de la clase trabajadora y de manipular el discurso nacionalista para fines egoístas. “Aprovechó el resentimiento, la rabia, la pérdida de fe en el sistema… y lo convirtió en una marca”, afirmó el músico. Para Springsteen, el auge de Trump no es una casualidad, sino el síntoma de una sociedad fracturada, marcada por la desigualdad y el abandono político.

Denuncia sin tapujos: las redadas del ICE, “una tragedia repugnante”

Uno de los momentos más duros de su intervención fue cuando se refirió a las redadas llevadas a cabo por el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU.), especialmente en ciudades como Los Ángeles. “Es una auténtica tragedia. Repugnante. No es así como se construye una nación”, afirmó con rabia contenida.

Springsteen, hijo de una familia de clase trabajadora de Nueva Jersey, siempre ha defendido a los marginados. En esta ocasión, fue más allá, señalando que Estados Unidos está traicionando sus principios fundacionales al perseguir y criminalizar a personas que solo buscan un futuro mejor. “Se trata de seres humanos, no de estadísticas. Estamos destruyendo familias en nombre de un patriotismo mal entendido”, sentenció en una entrevista para el The New York Times.

Del escenario al activismo: la gira más política de su carrera

El tour europeo del Boss está siendo una mezcla de música, memoria histórica y denuncia social. En ciudades como Berlín, París o Manchester, Springsteen ha incorporado potentes discursos políticos entre canción y canción. No son palabras al aire: el público responde con ovaciones, lágrimas y pancartas.

En Manchester, lanzó una advertencia: “Estamos viendo cómo se criminaliza la libertad de expresión. Hoy, en América, ser disidente es peligroso”. Estas frases, dichas ante decenas de miles de personas, resuenan con fuerza en un momento en el que el autoritarismo gana terreno en varios rincones del mundo.

Además, interpretaciones cargadas de simbolismo como Born in the U.S.A. o The Ghost of Tom Joad cobran una nueva vida. En lugar de ser solo himnos generacionales, se transforman en llamadas a la resistencia, recordando que la música puede ser mucho más que entretenimiento: puede ser un acto político.

La respuesta de Trump: insultos y descalificaciones

Como era de esperar, Donald Trump reaccionó con furia. Desde su red social habitual, Truth Social, lanzó una andanada de insultos personales contra el cantante. Lo llamó “sobrevalorado”, “prepotente”, "tonto como una roca" y “acabado”. Incluso hizo alusión a su físico con comentarios despectivos. Lo atacó personalmente: “su piel está atrofiada” y le recomendó que “mantenga la boca cerrada”. No se quedó ahí: también arremetió contra Joe Biden, a quien calificó de “mentalmente incompetente”.

El arte como escudo contra el odio

Bruce Springsteen no es nuevo en esto. Desde sus primeros discos en los años 70, ha cantado sobre trabajadores olvidados, veteranos rotos por la guerra y comunidades arrasadas por la desindustrialización. Pero hoy, en 2025, su voz parece más necesaria que nunca.

Su posicionamiento no es gratuito. En un mundo donde muchos artistas prefieren mantenerse al margen por miedo a perder audiencia o patrocinios, el Boss se moja. Y lo hace con una claridad brutal. Para él, el silencio no es una opción. “Callarse es complicidad”, dijo en una reciente actuación.

Mientras Donald Trump calienta motores para una nueva campaña presidencial, Bruce Springsteen ofrece un contrapeso con el alma de América en la mano. No desde un púlpito político, sino desde el escenario, guitarra en mano, amplificando la voz de los que no la tienen.

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