El colectivo musical navarro Raiumundo El Canastero salía absuelto este pasado martes por el Tribunal de Instancia de Estella-Lizarra, su municipio natal, de unos supuestos delitos "contra la integridad moral por autoridad o funcionario e injuria y falta de respeto y consideración a la autoridad", en el marco de un caso más de intento de censura musical.
Todo llegaba a raíz de la canción de la banda Beef D'Alda, un tema que lanzaban durante el año pasado y que hace referencia a la alcaldesa del municipio navarro, Marta Ruiz de Alda, perteneciente al partido político Unión del Pueblo Navarro (UPN). Así, la líder municipal denunciaba al colectivo musical por injurias y/o amenazas, una demanda que finalmente no salió adelante y cuyo tribunal terminó dando la razón a los músicos.
En la letra, cuya autoría han asumido los integrantes Imanol Viñarás, Julen Arbizu, Iñaki Etxarren, Ander Mazkiaran y Mikel Beltza, el grupo criticaba la decisión del consistorio de desplazar las txosnas -unas casetas montadas en la Fiestas en las que se sirve bebida como espacio de participación popular autogestionado- y haber dejado sin espacio callejero a la peña La Bota, un referente en Navarra. Es por ello que el grupo lanzaba Beef D'Alda, en protesta de un intento de marginar el ocio popular y el espacio de horizontalidad que las txosnas siempre han representado en las fiestas patronales.
Finalmente, la sentencia emitida por la jueza de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal navarro ha determinado que condenar a los denunciados por el Ayuntamiento debido a las críticas de su canción "supondría limitar en exceso la función institucional de la libertad de expresión", un fallo que rema a favor del derecho de los artistas a componer y expresar letras críticas, cómicas y satíricas sobre las instituciones y sus políticas.
El Ayuntamiento quiso denunciar por "delito de odio"
Imanol Viñarás, alías El Caete, ha hablado con ElPlural.com sobre la denuncia interpuesta por el consistorio de Estella-Lizarra y la absolución de la banda de todos los cargos. "Nos enteramos de la demanda por la convocatoria de un pleno extraordinario un día después de que Beef D´Alda se publicara", narra. Una reunión en la que la formación de Marta Ruiz de Alda prometió "tomar medidas judiciales" ante la canción de Raimundo El Canastero.
Aunque finalmente los cinco miembros del colectivo fueron juzgados por delitos leves, la alcaldesa pretendió en su momento tratar el procedimiento legal como delito de odio, algo que la Audiencia Provincial de Navarra rechazó por falta de argumentos. "Lo quisieron llevar a Pamplona y juzgarlo como delito de incitación al odio y nos querían acusar a nosotros de haber incitado los actos de Bajadica del Puy", recuerda Viñarás, quien también añade que finalmente su denuncia se tramitó "por vía administrativa". Los actos a los que se refiere el músico son los ocurridos en agosto de 2024, en los que 27 jóvenes fueron también denunciados por la alcaldesa por un supuesto delito de "desórdenes públicos" cuya causa fue sobreseída este pasado miércoles.
Las denuncias son una forma de meter miedo a la juventud
Los cinco miembros del grupo se enfrentaban, por la letra de su canción festiva, a dos penas de "tres meses de multa con una cuota diaria de ocho euros". "Fue como una especie de bola de nieve que se nos venía encima y que no sabíamos cómo parar porque nos pareció algo exagerado e interesado a nivel político" narra El Caete sobre la persecución del Ayuntamiento. Una presión contra la que muchos ciudadanos de Estella-Lizarra se manifestaron en el mes de febrero, con una jornada de conciertos y protestas a las que se sumaron diferentes artistas de Euskal Herria en solidaridad con la banda. Tal y como expresa el integrante del grupo, aquella movilización popular "nos motivó a darnos cuenta de que no habíamos hecho algo tan tan grave. Solo hicimos una canción que tiene un evidente tono irónico", destaca.
El cajón y voz del grupo navarro también recuerda la maniobra del consistorio como una muestra de "velocidad a la hora de plantear su discurso", que "los medios de comunicación compraron enseguida" y que proponía a la banda musical como "incitadores a la violencia". "En el pleno extraordinario que celebraron ningún grupo les llevó la contraria en lo que decían", remarca.
Tal y como destaca Viñarás, desde que en el municipio navarro comenzó a gobernar UPN "ha habido 33 personas denunciadas por motivos de reivindicación". "Es ahí donde se muestran las armas políticas en respuesta a las movilizaciones populares", que según explica El Caete, radican "en utilizar las vías judiciales para el beneficio o los intereses" del Ayuntamiento. Estas maniobras legales contra las disidencias reivindicativas, frecuentes en el consistorio navarro, constituyen, como defienden desde el colectivo musical, "una forma de meter miedo a la juventud y a los grupos de música". "Es como si dijeran: 'Cuidado con manifestarse, que no nos cuesta nada denunciar a 20 o 30'", remata el cantante.
Son precisamente los procedimientos legales a los que el consistorio recurre rápidamente la 'invitación' a los artistas a autocensurarse, un mecanismo que no es extraño en nuestro país, dónde músicos y compositores han llegado a sufrir penas de cárcel por la letra de una canción. "Se crea tanto revuelo mediático que el artista termina censurándose a sí mismo y no se atreve a utilizar la música como herramienta de queja política", opina Viñarás. Sin embargo, desde Raimundo El Canastero aseguran que "esperamos demostrar que se puede hacer y que por ello no tienes que pagar una multa o pagar con una condena". Es por ello que El Caete manda un mensaje claro: "Nos podemos quejar, se puede hacer música de forma reivindicativa, satírica e irónica", zanja.
Desplazar las txosnas, un sabotaje a la cultura popular
Por otra parte, la decisión del Ayuntamiento de UPN de desplazar las txosnas del foco festivo fue criticada por gran parte de la ciudadanía de Estella-Lizarra, que se manifestó para proteger un "espacio libre donde se predican valores de solidaridad, feminismo, horizontalidad y autogestión", tal y como define El Caete.
Querían apartar la cultura musical local
Las txosnas también representan una oportunidad para los músicos locales y un punto de encuentro cultural. "A nivel musical, es una zona en la que a muchos grupos se nos ha permitido tocar con un buen equipo de sonido y un gran público en las fiestas de nuestro pueblo, ya que el Ayuntamiento nunca ha contado con buena parte de los grupos locales para ellas", explica una de las voces de Raimundo El Canastero.
"Desplazar las txosnas suponía hacerlas económicamente inviables, porque las llevaban a un lugar donde no hay ni ambiente festivo ni visibilidad, comenta el músico sobre la decisión del consistorio de marginar las casetas, como una "metáfora de lo que quería hacer con la cultura musical local, que es apartarla a un lado, donde no se vea", resuelve El Caete.
ElPlural se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Estella-Lizarra pero no ha obtenido respuesta en el momento de publicación.
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