Íñigo Guardamino regresa a la cartelera madrileña para presentar el estreno absoluto de su última creación: Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo). El espectáculo podrá verse en el Teatro Quique San Francisco durante un mes, del 23 de marzo al 23 de abril. La obra, protagonizada por Álex Villazán, Belén Ponce de León, José Emilio Vera y Katia Borlado, es una comedia oscura que habla de la lucha por ser alguien y de la nueva economía “colaborativa”, que ha venido para quedarse con su precariedad de rostro amable. Las entradas para Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo)están ya disponibles a través de la página web oficial del teatro www.teatroquiquesanfrancisco.com.

El protagonismo de esta obra la tiene un veinteañero que se ve obligado a trabajar como rider aunque tiene una licenciatura. ¿Le contaron muchas milongas a las generaciones hijas del pelotazo inmobiliario?

Creo que nos están contando milongas constantemente a todas las generaciones, nos han enganchado; que lo que tú consigas depende de tu esfuerzo y que los sueños se cumplen creo que son las principales. O mejor: si no te va bien es que no lo has intentado lo suficiente. Todo es ya individual, y la culpa, más.

¿Cómo te documentaste para hacer la obra?

Suelo escribir en restaurantes de comida rápida, lo que me permitió hablar con riders y ver la vida que llevan. Desde que me salvaron el pellejo con sus entregas en la pandemia dejé de verlos como parte del mobiliario urbano, que creo que es la percepción general, mucha gente me dice que ha empezado a darse cuenta de ellos como personas después de ver la obra, lo cual anima. También me documenté procrastinando sin fin en internet, lo habitual.

¿Qué nos hace utilizar determinadas plataformas o consumir en ciertas empresas sabiendo que hay esa explotación? ¿Nos creemos, así, más poderosos, de una clase superior? 

El problema es que en general no pensamos realmente en lo que implica cierto consumo, lo hacemos compulsivamente. Mucha gente también utiliza estas plataformas por la vida que lleva, siempre conectados al trabajo, sin tiempo para nada o por esa urgencia inexplicable que nos han inculcado de tener todo YA, AHORA. No creo que la gente se sienta superior al usar estos servicios (al menos conscientemente), muchas veces se usan como premio (voy a darme un capricho, una alegría en medio de esta vida de mierda que llevo) o por estilo de vida.

En cierto sentido, una vez más, hablas de soledad, ¿no?

Sí, creo que es el mal de nuestra época. Al final al estar más aislados e incomunicados tenemos menos empatía o no vemos las consecuencias que tienen nuestros actos para los demás. Una fiesta. Por eso hago comedias sobre estas cosas.

¿Echas en falta historias de estos perfiles profesionales en el teatro? ¿Crees que tenemos un teatro mayoritariamente burgués en España, frente al cine o la música, que pueden ser más populares?

En este país hay teatro de todo tipo que toca muchos temas, lo que pasa es que las obras que más atraen al público son las escapistas (muchas excelentes, ojo) o los musicales y además la gente tiene mayor facilidad (gratis o cuesta muy poco) de acceder a infinidad de contenidos audiovisuales o músicales. El teatro es un poco “el rival más débil”, se ha visto mucho con el Bono Cultural Joven. Si queremos crear afición al teatro lo ideal sería que estuviera integrado en la educación, pero veo más probable que tengamos “Primero de start up” o “Fundamentos de Bit coin” que clases de teatro en los futuros planes educativos.