Bruce Springsteen ha desatado la tormenta, pero Neil Young no ha tardado en sumarse a su grito. La leyenda del rock canadiense ha respaldado sin reservas a su colega tras las incendiarias declaraciones del expresidente Donald Trump, quien no dudó en insultar al músico estadounidense llamándole “cretino” y “tonto”. En pleno regreso a los escenarios europeos, Springsteen denunció la deriva autoritaria y corrupta del trumpismo, desatando una guerra que ahora enfrenta al viejo rock con el poder político más polarizante de Estados Unidos.

El choque no es solo verbal: es simbólico, cultural y profundamente político. Springsteen, que recientemente volvió a tocar con su E Street Band en el Reino Unido, aprovechó el escenario para advertir que “Estados Unidos está en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora”. Lo dijo con firmeza, sin matices, ante miles de fans. Y, por supuesto, Trump respondió. Fiel a su estilo, lo hizo desde su red Truth Social, calificando al músico como “muy sobrevalorado” y acusándolo de “realizar donaciones ilegales” al respaldar a la vicepresidenta Kamala Harris.

Pero lo que parecía una clásica disputa entre un político populista y una estrella liberal tomó un nuevo cariz cuando Neil Young decidió entrar en escena. En un mensaje publicado en su web oficial, el autor de Heart of Gold fue directo: “Bruce Springsteen no está solo. Yo también he sido atacado por Trump. Pero no tenemos miedo”.

Neil Young: una larga historia de choque con Trump

No es la primera vez que Neil Young se enfrenta al expresidente. Ya en 2015, denunció públicamente el uso no autorizado de su canción Rockin’ in the Free World durante mítines republicanos. Incluso llegó a presentar una demanda por infracción de derechos de autor en 2020, aunque finalmente decidió retirarla, alegando que no quería “perder tiempo con un bufón”.

Ahora, con Springsteen en el centro del huracán, Young vuelve a posicionarse en el lado correcto de la historia: del lado de los artistas que no callan, que no se pliegan ante el poder y que denuncian los peligros del autoritarismo encubierto en eslóganes populistas.

“No nos van a intimidar con insultos”, declaró Young. “En un momento en el que el planeta se quema, la desigualdad aumenta y la democracia está en juego, ¿de verdad vamos a permitir que el debate público se reduzca a si un presidente llama ‘cretino’ a un artista por decir la verdad?”.

Trump contra los músicos: una táctica conocida

El enfrentamiento con Springsteen no es un caso aislado. En los últimos meses, Trump también ha arremetido contra figuras como Taylor Swift y Beyoncé, a quienes ha acusado de apoyar ilegalmente al Partido Demócrata. La estrategia es clara: convertir la cultura en un campo de batalla, polarizar a la opinión pública y movilizar a sus bases con enemigos fácilmente identificables.

Neil Young ha aprovechado su declaración para hacer un llamado a la comunidad artística: “No dejemos que nos enfrenten. Cuando atacan a uno de nosotros, nos atacan a todos. Tenemos que responder unidos”.

Esta no es una pelea de egos. Es un recordatorio de que, como decía la letra de Young, “esto sigue siendo el mundo libre… y tenemos que seguir rockeando por él.”

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