En marzo de 2021, David Otero publicaba ‘Otero y yo’, un álbum recopilatorio de los éxitos que han marcado su carrera profesional desde que dio sus primeros pasos como guitarrista en El Canto del Loco. Lo que siguió a este lanzamiento han sido tres años de introspección, de buscar el foco que le iba a guiar en adelante y de encontrar el motivo real para seguir escribiendo canciones. Como él mismo lo define, “un proceso de psicoanálisis creativo” que le ha dado respuesta a muchas de las cuestiones que le preocupaban y que deseaba plasmarlas en canciones. 

Entre todas ellas, el cantante madrileño confiesa que el mundo de la comunicación le generaba la inquietud suficiente como para ser la protagonista de ‘Inteligencia natural’, el nuevo álbum que está en proceso y que verá la luz en septiembre. “La comunicación a través de los medios, de las redes, de las personas, cómo nos hablamos, cómo nos miramos, cómo nos respetamos, a nivel social y más a nivel individual".

¿Quién eres cuándo te encuentras en soledad?

En un momento en el que parece que el mundo avanza a una velocidad abrumadora, donde se está perdiendo la capacidad de dedicar tiempo a escuchar al otro y a uno mismo, David Otero apuesta por la pausa y la reflexión. “¿Quién eres cuando llegas a tu casa y te encuentras en soledad? ¿Cómo te tratas a ti mismo? ¿Te muestras desde tu esencia o desde donde el otro te quiere ver?”, son algunas de las preguntas que le han llevado a lanzar el nuevo disco y que ya ha dejado ver la primera de nueve canciones, ‘Estrellas y fantasmas’

La letra del primer tema pretende analizar la manera en la que todos hemos sido y seremos la luz y también la oscuridad en las vidas de los demás. Sobre su proceso de creación, Otero señala que el estribillo surgió al analizar que “a veces en la vida somos agredidos y a veces agresores con, por ejemplo, nuestra manera de hablar. A veces somos las estrellas que llevan la luz a los lugares, pero a veces somos los fantasmas”. A esto añade la capacidad que tienen estas luces y sombras de desaparecer de la misma manera que llegan. “Estrellas y fantasmas aparecen, como Cenicienta en el baile”, dice la canción. Y sobre esto, el cantante señala que “me gustaba mucho la metáfora con Cenicienta porque todo eso que pasa hay un momento que el tiempo hace que desaparezca y todos aquellos fantasmas que hemos tenido desparecen”. Unas sombras encargadas de delatarnos y revelar quiénes somos realmente. “Creo que una de las partes que más he trabajado en mi vida es cómo estoy conmigo mismo. Si tú te valoras, cuando alguien te agrede estás en una posición fuerte y te genera una sensación de que te están haciendo un rasguño. Entonces depende mucho más de cómo estemos con nosotros mismos que de los demás”. 

El miedo, como respuesta natural

Algo que el cantante ha plasmado en este álbum pero que ha experimentado en su propia piel en varios momentos de su trayectoria profesional. En 2010, año en el que la mítica banda de El Canto del Loco puso punto final a su historia, David Otero decidió seguir anclado a la música con el nombre de El Pescao. Reconoce que había miedo a mostrar la persona que había detrás del guitarrista de la famosa banda, tal vez por venir de una época en la que “todo iba muy en volandas”, pero señala de igual manera que el miedo actuó como “estrategia para protegerme” y El Pescao supuso “poner una barrera entre el público y David Otero”. No obstante, reconoce que este miedo fue desapareciendo a medida que iba dando pasos hacia él mismo y lo que él de verdad quería contar. “Primero me encontraba yo mejor y, segundo, me daba cuenta de que el que tenía enfrente me veía en una forma en la que reaccionaba”.

Igual la inteligencia artificial va a tener un alma

Desde ese momento hasta ahora, no solo ha cambiado su momento profesional sino también la sociedad que se nutre y disfruta de estas canciones. El nombre del nuevo álbum –‘Inteligencia natural’- da una pista por sí solo del debate que se plantea en las letras de las nueve canciones que le dan forma. “Llegué a la conclusión de que no quería hacer una denuncia a la Inteligencia Artificial, sino más bien un debate de hasta qué punto esta tecnología es artificial. ¿Qué parte de humanidad hay dentro de todo aquello que conserva?” Y adelanta así algún fragmento de una de las canciones que se están creando, “Hay un corazón enredado entre dos cables, un corazón global”. No todo está mal con estas nuevas tecnologías, sino que hay que saber localizar donde están sus límites y a partir de ahí, crear. “Una IA te puede hacer una canción, sí, pero nosotros como seres humanos podemos ‘sentir la lluvia entre los dedos’, ‘navegar en un velero’, ‘podemos escuchar a un niño llorar y emocionarnos’, como dice la letra".

Todas estas letras que invitan a la reflexión y al autoconocimiento se irán desvelando durante estos meses, y en septiembre se podrán escuchar las nueve canciones en su conjunto. Además, en noviembre se presentará en Madrid, en el WiZink Center, y en Barcelona, en la sala Apolo. Previo a esto, un verano repleto de actuaciones. “Tengo suerte de poder actuar en lugares muy diferentes, desde festivales hasta en plazas de muchísimos pueblos”. A pesar de las numerosas paradas y kilómetros que le esperan, el cantante madrileño desea arrancar ya los motores y asegura sentirse muy agradecido “por la cantidad de música que se mueve en España, desde los pueblos más pequeños, pasando por los grandes, hasta ciudades y grandes festivales. Tengo una suerte brutal".