Bocanada lleva en activo desde 2006. El cantante de la banda -él evita denominarse líder de nada-, Martín Romero, a la vez hermano de Kutxi Romero (Marea) atiende a ElPlural.com a las puertas de que el grupo cumpla 20 desde Berriozar (Navarra). “Para nosotros, para Marea… es el barrio donde hemos jugado desde muy pequeños y donde hemos hecho el gamberro. A mí cuando me preguntan no digo que soy de Navarra, sino de Berriozar”, traslada orgulloso.

En dos décadas, Bocanada (Martín, a la voz; Juanito y Abel a las guitarras; Rupi, al bajo, y Pepo, a la batería) ha sacado cinco discos, aunque los últimos meses se ha centrado en mostrar los singles De corazón para dentro y Pidiendo guerra a su público y antes, en acompañar precisamente a Marea en su gira Sin riendas 2023 . “Cuando quedamos con ellos hablamos de todo menos de música (…) Para mí mi hermano es el mejor artista de este país con muchísima diferencia, pero no se lo digo”, cuenta.

La siguiente conversación es pura vida, relevo generacional, éxito en el más humilde sentido del concepto y working class. Un golpe al estómago como el rock que, algunos consideran muerto, pero Martín y tantos otros -como un servidor- nos empeñamos en mantener vivo.

PREGUNTA (P): ¿En qué se diferencian este tema y el otro que habéis sacado este año con respecto a lo que venís haciendo?

RESPUESTA (R): Nunca veo diferencias en las canciones que hacemos (risas). Creo que los dos temas son muy Bocanada. Es muy fácil diferenciar una canción nuestra, somos muy poco innovadores y hacemos lo que sabemos hacer. La diferencia más que todo es la historia que cuenta. Es verdad que una es más cañera y la otra más a medio tiempo, pero musicalmente las dos siguen siendo Bocanada 100%, como los cinco discos anteriores.

P: Habéis ido enseñando píldoras. Sin embargo, lleváis cuatro años sin sacar un disco. ¿A qué se debe?

R: A un montón de cosas. La más importante fue la pandemia, que a partir de ahí se jodió (…) Luego fuimos trabajando temas, y después nos surge irnos de gira con los Marea; y la aprovechamos para hacer lo que no pudimos hacer con los leones.

Aprovechamos el tirón, por decirlo de alguna manera -porque salir con los Marea supuso un escaparate muy grande- para que la gente no se olvidara de nosotros. Y para ello lo más sensato era volver a la carretera otra vez nosotros solos y recoger lo poquito o mucho que habíamos sembrado con Marea, como que mucha gente nos conoció en esos shows.

(…) Este año confirmamos conciertos para terminar en noviembre y ahora, ya sí que sí, queremos parar. En definitiva, que han pasado muchas cosas, pero hemos seguido haciendo canciones que, seguramente, no irían en el disco, pero sí son temas de Bocanada que queríamos que la gente tuviera.

P: Cuando hablas de parar… ¿Os referís como banda? ¿por dónde pasa el futuro del grupo?

R: No, no, Bocanada no se mueve hasta que nos muramos los cinco. Me refiero a que damos el último concierto en Madrid, en noviembre, y vamos a estar todo 2025 si Dios quiere sin tocar en directo y preparando las cosas para el 2026 por nuestro 20 aniversario.

P: Me hablas constantemente de Marea, con quien compartís muchas cosas no solo en el ámbito musical, ¿qué consejos te daba u os daba tu hermano y Marea cuando empezasteis? No sé si lo has contado alguna vez.

R: No lo he contado nunca, porque nunca hemos sido un grupo ambicioso, al que le gustara correr ni que miráramos mucho más allá de lo que teníamos a un metro. Siempre hemos hecho lo que nos ha salido de los huevos, y creo que cada decisión que hemos tomado ha sido buena, por eso mismo no hemos discutido ni una vez en 20 años.

Bocanada no se mueve hasta que nos muramos los cinco (...) No hemos discutido ni una vez en 20 años

No ha habido consejos, somos una familia y realmente cuando nos juntamos hablamos de todo menos de música. Evidentemente, es una banda referente para nosotros y para muchísimos otros grupos por lo bien que han hecho las cosas. Si les ha ido así por algo será. Pero nosotros hemos seguido el camino que considerábamos correcto y lo hemos mantenido en el tiempo.

P: El amor que les tenéis es evidente, pero dime la verdad, ¿nunca has tenido algún pique con Kutxi? En plan sanote me refiero.

R: Pues no, tío (risas). Sí que nos decimos gilipolleces varias, pero como digo, no hablamos casi de música. Siempre hemos dicho que si nosotros podemos cantar puede cantar un rottweiler y un mastín, lo que pasa es que tenemos más jeta que el edificio que tengo ahora mismo en frente.

Nah, es todo muy sano. Para mí mi hermano es el mejor artista de este país con muchísima diferencia, un compositor excepcional y le tengo en un altar, pero no se lo digo a él.

P: Como ellos, Bocanada siempre lleva por bandera Berriozar. ¿Qué es para ti y para vosotros un barrio que, de alguna manera, habéis puesto en el mapa?

R: Para nosotros, para Marea y para muchísimas bandas de las que somos amigos es donde hemos jugado desde muy pequeños, donde nos hemos criado, nos hemos conocido, hemos hecho el gamberro…

Y es un barrio normal y corriente, con sus pasos de cebra, sus semáforos… No es que esté aquí la catedral de Burgos o… No hay na’, pero es nuestro barrio y estamos orgullosos de donde venimos. A mí cuando me preguntan no digo que soy de Navarra, sino de Berriozar. Es bonito llevar el pueblo por bandera.

P: Decías algo que me parece interesante, y es que el grupo lleva 20 años siendo el mismo con los mismos, sin parones, proyectos en solitario o incluso divorcios, lo cual no deja de sorprender en un mundo volátil por el que la música también se ve afectada. ¿Cuál es el secreto?

R: Sencillamente la confianza, el respeto y que la música pase a un segundo plano en cualquier aspecto, como el entretenimiento que es. No hay que romperse la cabeza por una banda de rock, preferimos ser amigos y cuando a alguien le pasa algo que la banda sea secundaria.

Es eso, estar juntos a las duras y las maduras y no cambiar cuando te subes a un escenario. Hay gente que te desea suerte cuando vas a tocar (…) Al que hay que desear suerte es a quien se levanta a las cinco un lunes y se mete en una fábrica. Subirte a un escenario es un privilegio.

Hay que basarlo en la amistad y no en buscar 80.000 millones de ‘me gustas’, porque  eso no es una banda de rock, sino una puta basura.

Al que hay que desear suerte es a quien se levanta a las cinco un lunes y se mete en una fábrica. Subirte a un escenario es un privilegio

P: ¿Qué es para vosotros el éxito en una industria en la que de repente parece que solo triunfas si llenas tres noches seguidas el Bernabéu?

R: Yo me parto el ojete, porque la gente está muy contenta cuando dicen “vamos a hace un sold out en una sala. Les preocupa más poner ‘entradas agotadas’… y muchas veces ni las llenan.

A nosotros lo que nos ha venido de unos años a acá ya es regalado. Nuestro éxito era sacar un disco, que la gente nos escuchara y llegar a un concierto y que 150 tíos estuvieran cantando. Nunca necesitamos un Wizink Center ni un pabellón enorme.

P: ¿En qué punto se encuentra para ti el rock? Te lo pregunto porque estáis un poco a medio camino entre el boom de los Extremoduro, otra vez Marea, y compañía (en nuestro país me refiero) y ahora. Que ojo, particularmente yo cada vez que salgo de una sala me ratifico en que ni mucho menos el género está muerto.

R: Respecto a promoción de bandas creo que es más fácil que cuando empezamos. Nosotros palmábamos pasta de todos los sitios… Ir por ahí presentar las canciones era una catástrofe mundial en ese sentido.

Estoy orgulloso porque no hemos conseguido mucho, aunque tenemos seguidores fieles que comenzaron con nosotros y siguen viniendo, con menos pelo evidentemente (risas) (…) Pero eso, no veo que ahora lo tengan tan difícil en ese sentido.

Yo flipo porque, no voy a decir que nos merecíamos más de lo que tenemos, pero te mentiría si te dijera que no nos hubiera encantado poder vivir de la música y llenando sitios con 2.000 personas, pero no nos importa. Al contrario, creo que lo que hemos ganado lo hemos conseguido nosotros solos y me parece que no todas las bandas pueden decir eso.

Buscar 80.000 millones de ‘me gustas’ y solo llenar el Wizink Center no es una banda de rock, sino una puta basura

P: ¿Hacia dónde vamos, ahora que parece que predomine el reggaetón, el autotune…?

R: Antes lo hablábamos, la gente dice que el rock en vuestra generación está muriendo. Yo no lo creo. Siguen saliendo grupos de chavales jóvenes que lo hacen muy, muy bien y mucha gente que escucha el género. Evidentemente, no va a ser como en los 80-90, pero por muchas movidas raras que salgan, con todo el respeto del mundo, como el trap o el reggaetón, quedarán las raíces de los que somos y los que fuimos. Espero que no se muera. Desde luego, yo le doy un voto de esperanza.

P: ¿Qué referencias ha tenido Bocanada?

R: Los cinco escuchamos música muy dispar. El Juanito y Pepo escuchan mucho grupo guiri, y yo mucho gente de aquí como puedan ser Rosendo, Los Suaves, Hamlet, Narco, Def Con Dos… Soy muy cañero, pero también escucho grupos raros como Pimpinela, y Rupi lo mismo.

Somos un cúmulo de cosas, pero a pesar de ello descubrimos nuestro sello de identidad el primer día que nos metimos en un local.

P: ¿Y qué referencia/s aconsejaríais a un chaval o chavala que empiece a tocar ahora? Se antoja poco menos que imposible que salgan nombres del nivel que hablábamos antes, pero también hay gente muy buena.

R: Voy a ser sincero: Ninguno. No tengo una banda que diga que puede coger el relevo generacional de Extremo, Marea, Rosendo o Los Suaves. Seguro que si entrevistas a cualquier otro te da un nombre. Seré yo que soy más raro que el copón, pero no tengo un grupo así… No lo veo. No que no las haya, sino que no lo veo.

No veo a nadie que pueda coger el relevo generacional de Extremo, Marea, Rosendo o Los Suaves

P: Antes me decías algunas pinceladas, pero, ¿por dónde pasa el futuro de Bocanada?

R: Queremos hacer un festejo de 365 días con disco nuevo y una gira muy bonita en 2026. No vamos a mirar más allá. Cuando llegue el día tú y todos sabréis que Bocanada sale a la calle de nuevo.