Desvirtualizar a Manuel Bartual es algo que a todos los que seguimos su historia en verano nos gustaría hacer. Yo he tenido la suerte de charlar con él sobre lo nuevo que se trae entre manos, que no es poco. El otro Manuel (Planeta) es la novela con la que se lanza al mercado editorial después de romper moldes y marcar un hito en la historia de Twitter el pasado mes de agosto. Y no lo decimos nosotros, lo dicen las cifras: 389 tuits, más de 400.000 seguidores, 550.000 retuits, cuatro millones de favoritos y, ojo, 1,3 billones de impresiones con sus tuits. Abran paso, que llega Manuel Bartual.

Su nuevo libro cae en mis manos y lo primero que pienso cuando comienzo a leerlo es que esta novela tiene algo de autobiográfica, o eso parece, que con Bartual, nunca se sabe. Se trata de una historia repleta de sorpresas en las que cuenta cómo puede cambiar la vida de un hombre corriente después de un éxito inesperado. La novela arranca seis meses después de que escribiera el punto final de su misterioso (y adictivo) relato veraniego, pero con una gran diferencia con aquel: en esta ocasión no es la ficción la que marca el tempo de la narración, sino la realidad, que, como se aprecia en cada página del libro, supera en ocasiones a la más alucinada y surrealista de las ficciones. Porque esta vez sí. Esta vez, a Manuel le están pasando cosas raras de verdad y queremos descubrirlas.

Cuéntanos Manuel, ¿cómo ha cambiado tu vida desde que has dejado de ser el Manuel Bartual antes de Twitter?

Mi vida cambió sobre todo en lo profesional. A raiz de la historia de verano recibí un montón de propuestas, que es lo mejor que le puede pasar a una persona que quiere contar historias, pero también cambió a nivel personal. Era muy gracioso ver que me encontraba con gente por la calle que me reconocía. Es algo que cuento en la novela, que hasta ahora me había pasado en salones de cómic, en algún festival de cine... Pero ahora me he encontrado con gente que se te acerca para pedirte una foto, o incluso que un repartidor de comida a domicilio nada más entregarme el pedido me dijese, “¿Perdona, tú eres el de Twitter? Me ha encantado tu historia". Me he tomado todo esto con mucho humor, y con mucha alegría también. Es una puerta para que mis siguientes proyectos puedan contar con mayor visibilidad, en ese sentido estoy súper contento. Yo empecé a contar la historia en verano sin ninguna otra pretensión que pasarlo bien, y que la gente que decidiese seguirla se lo pasara bien. Para mí es un éxito.

Sobre tu éxito en verano, cuéntanos qué parte de la historia estaba ya preparada y qué parte fuiste improvisando tras el impacto de la misma

Desde el principio tenía la escaleta de la historia. Sabía cómo empezaba y cómo acababa y los puntos por los que pasaba. Lo que sí que hacía era escribir día a día, practicamente en directo, pero con un esquema, que era una nota en el móvil, nada más sofisticado que eso. Como la historia comenzó a generar mucha conversación alrededor, empecé a estar un poco pendiente de los temas que se iban desarrollando en las redes. Por ejemplo, hay un momento en el que yo tengo que encontrar otra habitación y no sé dónde está. Y había gente que ponía teorías o me dejaba comentarios y pistas sobre dónde podía estar. Como vi que los lectores eran participativos, decidí incluir algunas de sus propuestas en la historia. Sí que hay una pequeña trama que añado que viene sugerida por ellos.

A medida que se acercaba el final y la historia se hacía viral, había más expectativas. ¿No te dio miedo decepcionar a tus seguidores?

La verdad es que pasó lo que me podía imaginar. Cuando comencé con la historia pensé que al segundo o tercer día, todo el mundo iba a descubrir que era una ficción. Mi sorpresa fue que no, que hubo gente que estaba pensando hasta el último momento que fui perseguido por un doble, que estaba en un hotel idéntico al mío o que me dejaban notas en el papel higiénico. Cuando vi que estaba sucediendo esto, entendí perfectamente que un final como el de la historia, que era ambigüo, iba a polarizar la opinión. 

Después del éxito en Twitter, ¿cómo decidiste embarcarte en el mundo editorial?

Nada más terminar la historia, después de todo el fenómeno social , me di cuenta de que había un germen para construir una historia a partir de eso. Esto coincide con que Planeta me escribe y me dicen que han seguido la historia, que querían conocerme y a la primera reunión ya fui con la idea bajo el brazo.

¿Querías dedicarte en algún momento de tu trayectoria profesional a esto de ser escritor?

Yo hace unos años empecé a escribir una novela, la dejé a medias, y menos mal, porque la releí hace unos meses y me pareció un desastre. Lo detecté muy fácilmente porque estaba intentando forzar un estilo que no era el mío. Una cosa que ha tenido haber escrito esta historia en Twitter ha sido que he visto un estilo que puedo utilizar y con el que me siento a gusto. La historia me gusta y no descarto que en algún momento me pueda replantear reescribirlo y aprovecharla, pero creo que no está escrita de la manera adecuada.

¿Qué retos tenías a la hora de pasar de los 280 caracteres al formato tradicional?

Para mí era todo un mundo nuevo, pero era algo que me motivaba mucho. Durante mucho tiempo he pensado que lo que me gustaba era ser dibujante de comics, que me gusta mucho, pero de verdad lo que más me gusta es contar historias, y voy saltando de medio en medio. Me lo he pasado muy bien y he disfrutado mucho el proceso. Una cosa que me preguntó mucha gente cuando escribía el libro era si la novela iba a tener dibujos. Y yo lo que quería era hacer una novela clásica. El cuerpo me pedía que esta historia tenía que ser así.

No es lo mismo escribir para Twitter que para un lector de novelas: ¿Ha cambiado tu estilo?

Yo creo que es un estilo similar, pero con matices. En Twitter lo que manda es el aquí y ahora, la inmediatez, el directo. Sin embargo, la novela es una lectura en la que es el lector el que manda el ritmo.

En Twitter el ritmo lo marcaba yo, porque los lectores no sabían cuándo iba a publicar o cuándo iba a terminar, pero en la novela según vas avanzando en el libro, ya sabes más o menos en qué parte de la historia te encuentras. Lo que he intentado ha sido jugar mucho con la presencia del lector: está ahí en todo momento y me dirijo a él desde la primera frase. Lo que busqué fue trasladar el espíritu de la historia de verano para que el lector también sea protagonista.

¿Cómo ha sido el salto de las redes a la literatura?

La historia de Twitter no era una novela, era un híbrido, una historia que utilizaba recursos de diferentes medios. Yo entiendo que haya gente que ahora desconfíe de este salto. La novela ha salido hace poco y me he encontrado con gente que le ha gustado mucho. Quiero que la gente la vaya leyendo y ver que respuesta hay, que por ahora es muy positiva. La gente que me ve con desconfianza, yo lo entiendo, pero bueno, también me gustaría que piensen, que como te comentaba antes, yo no nací en agosto de 2017 en Twitter, que llevo toda mi vida con una trayectoria profesional, y que bueno, aunque no fuera así, creo que cualquier persona que tenga el éxito que he tenido yo merece un voto de confianza.

En esta nueva novela también juegas con las identidades, ¿qué parte hay del Manuel Bartual de verdad y qué parte es ficción? Si nos lo puedes contar...

Pues, yo creo que mejor no te lo digo (risas) Te puedo decir que sí que hay partes que puede parecer que son reales, pero quizá las que más reales parecen luego no lo son... Pero una cosa que sí te puedo contar es que esto es una autoficción, y que he mezclado mucho ambas partes. Incluso durante el proceso, sí que se ha dado el caso de estar escribiendo algo que sucedió de verdad y que quería dejar testimonio de ello en la novela. 

¿Qué más te queda por hacer, Manuel? Cuéntanos algún proyecto o historia del futuro

He disfrutado mucho con la escritura de esta novela y no me importaría escribir otra, la verdad. Tengo un par de ideas, pero antes de decidirme por nada, si que quiero descansar un poco, que han sido meses de mucho trabajo.