Cuando puede dar la sensación de que todo parece haberse escrito sobre una figura de la dimensión de Luis Buñuel, el nuevo libro de Javier Herrera, doctor en Historia del Arte y especialista en la obra del cineasta aragonés, significa un novedoso punto de vista sobre el director de Belle de jour (1967), porque es un acercamiento a su obra a través de su archivo personal que se conserva en la Filmoteca Española. Un estudio que posee además el aliciente de que su autor ha sido director de la biblioteca de dicha institución, lo que le ha permitido analizar el material de primera mano.

La documentación estudiada engloba poco más de una década en la vida del cineasta, la comprendida entre 1950 y 1961, entre la realización de dos de sus films cardinales, Los Olvidados y Viridiana, de ahí el subtítulo del libro. O dicho con otras palabras, la época que corresponde a su etapa en México, aunque la segunda la filmó en España y después de ésta aún rodaría en aquel país dos títulos como El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965). Documentación que Javier Herrera organiza por películas configurando a partir de ellas los dieciséis capítulos que estructuran el libro y que llevan cada uno respectivamente el título del film en cuestión, es decir, Los olvidados, Susana, La hija del engaño, Una mujer sin amor, Subida al cielo, El bruto, Robinson Crusoe, Él, Abismos de pasión, La ilusión viaja en tranvía, El río y la muerte, Ensayo de un crimen‒La vida criminal de Archibaldo de la Cruz, Cela s’apelle l’aurore‒Así es la aurora, La mort en ce jardin‒La muerte en este jardín, Nazarín, La fièvre monte à El Pao‒Los ambiciosos, The young one‒La joven y Viridiana,

Ya lo advierte el autor en el prólogo: “Nuestro propósito no es, en consecuencia, como se ha hecho hasta ahora, «sacar datos» de los documentos de su archivo, «vaciarlos», «hacerlos hablar» para reconstruir lo más objetivamente posible «lo que sucedió», «cómo era Buñuel» en esa época; no se encontrará en este trabajo, pues, ni «interpretación» ni intentos de «demostrar una tesis» sino tan solo una «mostración», una «monumentalización» (valga la expresión) de sus documentos” (pág. 10).

Y lo que el lector se encontrará es una minuciosa clasificación con detalladas descripciones de cada uno de los cerca de 2.000 documentos, inéditos en su mayoría, que forman parte del archivo de Buñuel y entre los que se hallan guiones, cartas, escritos, libros, testimonios, fotografías, folletos, revistas, recortes de prensa sobre sus rodajes, sobre el paso de sus películas por festivales o críticas de la mismas, etc.

Porque Luis Buñuel en su archivo. De Los olvidados a Viridiana es una sugerente invitación a profundizar en el universo personal de un cineasta clásico.

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