Hace un año la Selección Femenina de Fútbol alcanzó la gloria coronándose como campeonas en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Su gesta puso de relieve que ellas también pueden movilizar masas y llenar estadios. Sin embargo, acabó deslucida por el beso no consentido del entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a Jenni Hermoso. Hemos entrevistado la periodista que acompañó a estas 23 mujeres en su conquista, no sólo en la final de Sídney (Australia), durante todo el Mundial y las clasificatorias. Se trata de Sara Martínez, reportera deportiva de TVE y autora del libro 'Campeonas' (Planeta), un recorrido íntimo y personal por la vida de estas 23 mujeres que hicieron historia en el fútbol, cambiando para siempre la percepción del deporte femenino en nuestro país.
"El Barça femenino es la única sección del club que no genera pérdidas"
PREGUNTA.- ¿Qué es necesario para que la sociedad vea al fútbol femenino como únicamente fútbol?
RESPUESTA.- Es bueno fijarse en los niños que han nacido con el equipo femenino presente. Para ellos no hay un equipo por encima de otro, son dos realidades que existen. Será necesaria una generación más, pero este es el camino. Normalidad absoluta.
P.- ¿Qué te parece el argumento de que las mujeres futbolistas cobran menos porque generan menos dinero que los hombres?
R.- Es verdad que se parte casi desde cero. Estamos viendo el crecimiento de los equipos femeninos de fútbol y puedo entender que un club, en un principio, diga, esto es lo que vamos a destinar aquí y los otros recursos los metemos en lo que para nosotros es seguro. Pero también es verdad que, si me centro en el Barça, es la única sección del club que no genera pérdidas.
Está muy bien tener a las campeonas del mundo, pero si eso se queda ahí, lo matamos. Es importante invertir en fútbol base.
P.- ¿Has llegado a conocer personalmente a cada una de las campeonas?
R.- Sí, no es como el fútbol masculino, que tienes ahí una barrera que no te dejan llegar. En el caso de ellas, aunque a veces también cueste, es más fácil. Afortunadamente tienes momentos y los hubo muy especialmente en ese Mundial, que estábamos al otro lado del mundo. Durante 46 días viendo las mismas caras y hubo un acercamiento. Ellas nos conocen y surgen momentos, puede verlas comportarse como lo que eran y descubrirlas a cada una de ellas un poco más.
P.- ¿Qué tipo de relación se establece entre tú y ellas? ¿Hay diferencia con respecto a periodistas hombres?
R.- Lo que he podido ver con mi compañero Roberto, que vino conmigo al Mundial, fue que su relación era la misma que la que pudiera tener yo. Ha sido buena en los dos casos. Los periodistas que viajamos al mundial en su mayoría rondaban los 30, año arriba, año abajo. Si hubo alguien de 50 era la excepción. Al ser todos de edades similares, imagino que se conecta mejor. Tampoco hemos entrado en polémicas o generar contenido de rumores. Todo esto supone una ventaja y abre puertas a que ellas confíen en ti.
P.- Estas son 23 mujeres que hicieron historia, pero antes que ellas hubo otras que lo tuvieron mucho más difícil.
R.- Me acuerdo de un momento, que está escrito en el libro, con Victoria Hernández, que es la primera mujer que tuvo un contrato profesional en España. Imagínate lo que supone para ella ver cómo se convierten en campeonas. Cuando acabó el Mundial hicimos posible la conexión entre Cata Coll y ella, que le dio las gracias por haber conseguido un título que al final es de todas las que habían estado antes. Aunque no estuvieron allí en Australia, sí se sienten parte de ello. Cata decía: 'Nosotros lo hemos tenido fácil y nuestro camino ha sido más llano que años atrás, y eso ha sido gracias a vosotras'. Es muy importante, obviamente, destacar a las 23 por igual, pero también tener en cuenta a las que fueron por delante de ellas, que lo tuvieron muy difícil.
Cuando tienes el foco mediático puedes hacer algo y aprovecharlo para manifestar lo que no está bien o lo que queremos que mejore
P.- Es verdad que ahora es más fácil, pero tampoco tanto. A ellas les tocó hacer frente a una situación tan desagradable como el piquito de Rubiales a Jenny Hermoso.
R.- Lo que dijeron Alexia e Irene Paredes lo define muy bien: 'Queremos ser futbolistas y ya está, queremos dejar todo eso atrás', pero también es verdad que cuando tienes el foco mediático puedes hacer algo y aprovecharlo para manifestar lo que no está bien o lo que queremos que mejore.
Creo que han sido inteligentes y que lo han sabido hacer en el momento oportuno, porque realmente cuando hubo la cumbre de Oliva y ellas se plantaron, se consiguieron cosas.
P.- ¿No te dio rabia que se hablara más del beso no consentido de Rubiales que de la victoria en sí?
R.- Yo te cuento mi experiencia personal, mi burbuja mundial. Estaba en Australia y lo que veía fue que habían ganado, eran campeonas del mundo... Tuvimos un poco de bajón todos los periodistas cuando supimos la muerte del padre de Olga Carmona y cuando pasó todo lo de Rubiales todavía seguía allí. No podía entender que todo aquello tapase la victoria. Por eso, entre otras cosas, he querido hacer este libro. Es un regalo para ellas y mi agradecimiento. Me gustaría que todo el mundo pudiera conocerlas y que las vea como las 23 campeonas del mundo olvidándose del resto.
P.- ¿Qué sentiste al ver las imágenes del beso y los gestos obscenos de Rubiales?
R.- Los periodistas que estábamos en Australia no vimos el beso de Rubiales en directo, para nosotros fue un shock. Me produjo muchísima pena, sobre todo pensar que estaban haciendo historia y que nadie hablara de ello.
P.- ¿Qué tipo de vivencias, de anécdotas te ha llamado más la atención de cada una de ellas?
R.- Por ejemplo, una de Cata Coll muy sorprendente, sus padres tienen un negocio familiar y si tiene que llevar un pedido, lo hace ella en persona. Me parece brutal que lo siga haciendo a día de hoy, que una campeona del mundo se plante en tu casa. Es maravilloso.
También historias más duras como la de Eva Navarro, jugadora del Atlético de Madrid, que tras recaer en una lesión grave de cruzados, sufrió un capítulo de ansiedad espectacular, con agorafobia. Apenas lo compartía con alguien, se encerró en ella misma.
Ahora dice que tiene controlada esa ansiedad, pero tiene que esforzarse para hacerlo. Me sorprendió mucho que me lo contara porque es algo que no se sabía de ella. Fue a través de las conversaciones, de la confianza y de compartir también mis miedos, porque padezco miedo a volar, soy aerofóbica y me fui a Australia y Nueva Zelanda.
P.- ¿Hablarías de una cierta amistad con ellas?
R.- La amistad es una palabra muy grande, pero con alguna jugadora sí hay conexión y cercanía.
P.- Me hablabas antes de salud mental, un tema que, afortunadamente, empieza a romper barreras, también en el mundo del fútbol, con deportistas que hablan del miedo escénico a fallar o no cumplir con las expectativas. ¿Has hablado con ellas de estos temas?
R.- Sí, varias de ellas escriben para intentar canalizar lo que piensan, para que la presión quede fuera y quede reflejada en el papel, pero no dentro. Es el caso de Aitana Bonmatí, de Atenea del Castillo e Irene Guerrero. De esta última me gusta mucho su técnica porque escribe para anticiparse, diciendo todo lo que le va a pasar.
Tienen aparte el psicólogo del equipo para la parte deportiva y muchas tiene otro psicólogo en paralelo para tratar aspectos más personales. Esto está muy a la orden del día y les ayuda a canalizar la presión.