Es conocido como @Estoy Avisando (Negacionistas Out of Context) y, aunque se mantiene en el anonimato, su voz ha logrado colarse en el debate cultural y político con una claridad inusitada. Su perfil de X comenzó haciendo humor con teorías conspirativas negacionistas, pero pronto viró hacia un análisis serio y documentado del fenómeno de la desinformación. Ahora, con la publicación de su libro La gran conspiración: Cómo las redes sociales controlan tu vida (Ed. Kailas), da un paso más allá: una radiografía minuciosa del mercado de la atención, los mecanismos de manipulación digital y la responsabilidad compartida de usuarios, gobiernos y medios.

Desde el otro lado del “muro de la Antártida” —vacaciones mediante— nos concede esta entrevista en la que desvela las claves de su obra y la urgencia de recuperar el pensamiento crítico.

Pregunta (P): ¿Qué has querido abarcar en La gran conspiración: Cómo las redes sociales controlan tu vida (Ed. Kailas)?

Respuesta (R): El libro analiza el fenómeno de la desinformación, cómo se estructura y se despliega. Porque lo que vemos es solo la punta del iceberg. Hay una maquinaria detrás, organizada, que utiliza técnicas concretas para manipular, y eso se ha potenciado muchísimo con las nuevas tecnologías y redes sociales.

P: Tu cuenta en redes comenzó con humor. ¿Cómo diste ese salto a un enfoque tan serio?

R: Empecé desde el humor, claro, porque muchas de estas teorías son cómicamente absurdas. Pero pronto me di cuenta de que muchas de esas ideas no eran espontáneas, sino parte de campañas bien coordinadas. Ahí fue cuando pasé de la broma al análisis. Había un patrón demasiado evidente como para ignorarlo.

P: ¿Por qué decidiste mantener el anonimato en un proyecto con tanto peso social y político?

R: Porque va con el mensaje: esto no va de mí. Es un aviso, un aviso a navegantes. Hay antecedentes de esto en el activismo, como Luther Blissett. No soy el primero ni seré el último. Además, el anonimato me permite evitar distracciones personales, amenazas o exposición innecesaria.

P: En el libro afirmas que las redes ya no informan ni entretienen, sino que nos usan como productos. ¿Buscas movilizar al lector?

R: No tanto una lucha, sino una llamada a la conciencia. Nosotros también tenemos parte de culpa: demandamos ese contenido emocional, polarizante. Las plataformas se adaptan a nuestros gustos, así que debemos preguntarnos qué estamos pidiendo y por qué.

P: ¿Crees que los usuarios son conscientes de lo que están entregando a las plataformas?

R: En absoluto. Solo desbloquear el móvil ya da información al algoritmo. No sabemos hasta qué punto somos rastreados. Y eso se usa para enviarnos propaganda perfectamente calibrada para afectarnos. Eso es peligrosísimo.

P: ¿Se están creando perfiles psicológicos de los usuarios sin que lo sepamos?

R: Más bien se crean patrones de comportamiento a partir de metadatos. No es que te conozcan como persona, pero saben qué temas te afectan más, qué te activa. Y en función de eso, dirigen el contenido hacia ti. Eso es microsegmentación, y ya lo vimos con Cambridge Analytica.

P: ¿Se parece la viralización de una conspiración a una campaña de marketing?

R: Totalmente. Se usan técnicas de marketing como el astroturfing, que simula opiniones genuinas con cuentas falsas. Eso ya no se aplica solo a productos, sino también a política, ideología y desinformación. Lo grave es que lo hemos normalizado.

P: ¿Existe responsabilidad política además de tecnológica?

R: Por supuesto. No sirve de nada que los periodistas hagamos autocrítica si las instituciones no actúan. Hace falta regulación del mercado de la atención. Necesitamos transparencia desde arriba. Si los gobiernos no se implican, no hay solución real.

P: ¿Qué puede hacer un usuario corriente para proteger su autonomía?

R: Fomentar la alfabetización digital y el pensamiento crítico. Conocer las técnicas de manipulación es como ponerse un escudo. No todo el mundo tiene que tener una opinión informada, sobre todo, pero al menos debemos construirlas desde una base real, no emocional.

P: ¿Crees que tu libro puede cambiar esa percepción pública?

R: Ojalá. Me encantaría que ayudara a que la gente vea las redes por lo que son: herramientas diseñadas para atraparnos, no para comunicarnos. Pero soy realista. Otros lo han dicho antes que yo, y vendrán muchos más después. Aun así, vale la pena intentarlo.

P: ¿Qué tipo de reacciones has recibido tras la publicación?

R: Me ha sorprendido que incluso algunos conspiranoicos hayan comprado el libro. Y lo agradezco. No excluyo a nadie. Este es un problema que nos afecta a todos, y mirar hacia otro lado ya es una forma de complicidad.

P: ¿Tienes nuevos proyectos en camino?

R: Sí, tengo nuevas líneas de investigación. Si todo va bien, habrá otro libro, pero sin prisa. Estas cosas hay que hacerlas bien, con el tiempo y la información correcta.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio