Kidd Keo es un personaje provocativo. Un artista que innovó en este país junto a un grupo de jóvenes que revolucionaron la cultura urbana. Era mediados de los 2010 cuando el trap desembocó en España. Cada uno lo adaptó a su manera y estilo. A su vida y realidad. Y Keo mantuvo el sonido más en consonancia a lo que estaba pasando en EE.UU. Y tras varios años de exploración y líos varios, ha vuelto a donde todo empezó. Al trap.

En Trap Bandicoot, Kidd Keo se lanza a la retrospección. Desde una posición más adulta pero igual de irreverente. Y con Woo, uno de los cortes del EP, ha vuelto a provocar lágrimas en las mentes más moralistas. En una entrevista con ElPlural.com, el artista alicantino analiza sus orígenes, su carrera y su arte.

Pregunta: Te criaste en una comuna hippie.

Respuesta: Viví un tiempo en La Alpujarra de Granada. Era muy pequeño y tengo ligeros recuerdos. Sin embargo, fueron mis inicios como persona y vivía en el libre albedrío. Mantengo algunas cosas como el libertinaje. Y en el colegio lo noté. Incluso a día de hoy. Soy muy liberal.

P: Me hace gracia la dualidad que se genera. Por un lado tu música y mensaje se aleja bastante de lo hippie pero has conseguido una máxima que es vivir de tu arte.

R: Justo. Mi madre era hippie y punkie. Iba con cresta en la cabeza. También he desarrollado muchas a raíz de eso.

P: Me imagino que ella haya sido una influencia esencial en la construcción de Kidd Keo.

R: Con ella era bastante 'haz lo que te dé la gana y no juzgo'. Son cosas que he hablado conmigo mismo y con ella. Hay veces que me pregunto por qué he hecho algunas cosas y me ha dicho que yo estaba por la calle y veía de todo, que no tenía prejuicios. Porque vivíamos en la selva. Son cosas que se han formado en mi niñez y que ahora son parte de mi personalidad. Ella ha sido una referencia muy notable. Pero soy una mezcla entre lo que veía en la calle y lo que buscaba en internet. 

P: Formas parte de un elenco de artistas que fueron pioneros en el trap en España, pero creo fuiste único en tu estilo

R: Escuchaba muy poca música en español porque lo que a mí me gustaba no se hacía aquí. Recuerdo que la primera canción que grabé la hice en español pero me chirrío al escucharla. Y dije, este no soy yo. Cuando empiezas, intentas imitar a tus ídolos. Pero los míos no eran españoles. A raíz de ahí fui mezclando. En principio fue todo muy experimental.

P: Recuerdo lo primero que te escuché. Fue bastante inesperado encontrarte con un artista alicantino sonando como un estadounidense.

R: Es que no estaba en la movida ni de la gente de Alicante. Ellos estaba en las batallas de gallo y llegaba yo con una bandana, un pañuelo y unas chanclas y no entendían nada. Siempre estuve a mi bola y metido en mi mundo. Pero tenía claro que esa era mi movida y lo que quería hacer. 

P: Me parece bastante fascinante el hecho de componer una canción en diferentes idiomas.

R: Es algo que ahora mismo hago de forma innata. Recuerdo que Yung Sarria escuchó Superman OG y me dijo que en inglés sonaba impresionante pero en español me faltaba un poco todavía. Pero si conseguía hacer sonar ambos igual, lo tenía. Y ahí comencé a practicar. Hay cosas profundas que no puedo expresar en inglés porque no hay tanto vocabulario. El castellano es más poético.

P: Y ahora has vuelto al trap.

R: En lo personal soy una persona respetuosa, comunicativa, calmada pero haciendo música soy otra cosa. Es una completa expresión de emociones, ya sea para cantar sobre amor o flexear. Siempre he sido así. Mis últimos tres años han sido más introspectivos. Lo que me ha pasado este tiempo a otros les sucede en 20 años. Durante la pandemia me tomé un tiempo para procesar mi vida y entenderme. Y hace ocho meses terminé una etapa muy mala y comencé una nueva. Pude cuadrar todas las piezas que había construido y nunca pude alinear. Dentro de ese proceso me he entendido a mí mismo, quién soy y qué me gusta transmitir. Soy alguien más formado y he entendido que artísticamente soy mi faceta trap. Desde la seguridad en mí mismo, además. Entendí que hay gente de la que no puedes cambiar la opinión y que no le puedes gustar a todo el mundo. Además, no me siento mal por volver a ser yo al 100%. Tanto en lo hardcore como en lo sentimental. Y creo también que a la industria y a mi público le faltaba ese sonido. Mi esencia punki.

P: Una especie de renacimiento.

R: Quiero volver a estar liberado. Y hacerlo cómo cuando empecé pero con el conocimiento que no tenía. 

P: Y tener las herramientas para combatir los aspectos negativos.

R: Ahora he sacado Woo y la gente se ha vuelto loca. Pero te aseguro que no han visto el vídeo entero. Solo el corte que se ha difundido por Twitter. Si quieres aprender sobre mí tengo otras canciones. Tengo podcasts en los que hablo durante horas sobre mí. Si de verdad quieres construirte una opinión sobre mí, ve todo eso. Por yo no soy los 15 segundos de ese vídeo.

P: Pero creo que también te sientes cómodo en la provocación.

R: En mi vida normal me gusta tener paz y estabilidad. Pero el arte es mi momento de salirme de las casillas. Cuando surge, digo ‘hoy me voy a despechar’. Y me siento muy libre haciendo eso. Porque lo hago desde el arte y sé que no le hago daño a nadie. No estoy haciendo que me la chupe ni que se saque las tetas ninguna chavala de las que me está criticando. Yo no te estoy tocando ni te estoy haciendo daño. Estoy poniendo un producto en una pantalla que si quieres, no miras. No estoy haciendo daño a nadie con ello. Me costó mucho tiempo aprenderlo.

P: Me imagino que sea un proceso psicológico bastante difícil.

R: Y más cuando tienes 20 años. Muchas mujeres sintiéndose ofendidas. En mi círculo me entiendo muy bien con ellas. El problema real es de la sociedad con cada uno de ellos. Hay tanta información y la gente puede ser tantas cosas que yo no saben lo que son en realidad.

P: La sobreinformación.

R: Cuando tienes tantas opiniones y opciones te vuelves inseguro. Y si no te comprendes a ti mismo, todo te va a ofender hagas lo que hagas. Subes algo a internet y siempre va a haber alguien ahí. Hace 10 años no te enterabas. Ahora siempre. Y la gente está llena de inseguridades. Hay gente que tiene un problema muy grande con cosas estúpidas que están muy lejos de las verdaderamente reales. Muchos se sienten mal porque no se atreven a hacer lo que quieren. Como sí hago yo. Dices algo y ya eres un machista, misógino. Un mierdas. Va mucho por ahí. Y eso que estamos, supuestamente, en la época en la que la gente hace lo que le da la gana.

P: Es una especie de involución.

R: Si quiero puedo decir que soy mujer y tú no me puedes decir nada. ¿Y no puedo decidir lo que quiero hacer y cómo quiero ser? Está un poco raro el ambiente. Pero también sabía que iba a haber controversia.

P: Y utilizarla a tu favor.

R: Siempre. Si no lo supiera, no habría subido el vídeo a Twitter.

P: Encima justo ahí

R: Dije, ‘el vídeo este haciendo una eyaculación con una polla de plástico, lo voy a subir a Twitter’. Espero que la gente aprenda algo de ello. Están viendo un vídeo de 15 segundos y se están quemando. 

En mis inicios usé las drogas para hacer dinero y ni las consumía

P: Me parece muy interesante también el tema Drugz Education. ¿En qué momento crees que las drogas se conviertan en aburridas?

R: Cuando ya no sabes usarlas. Son para usarlas tú y no ellas a ti.

P: Es difícil encontrar ese límite.

R: Cuando te quitan la paz mental y dejan de ser un método de evasión. Y no voy a hablar mierda de ellas. Siento que son una herramienta. 

P: ¿Creativa?

R: Recreacional. Algo personal. Para lo que tú quieras, realmente. Hay gente en una oficina que se pone para estar despierto. Y otros que llegan estresados y al llegar a casa se fuman un peta para relajarse. Otras veces estás de bajón y quieres meterte una pepa para que te aumente la serotonina. Cada persona lo usará de una forma. Y están bien mientras te sienten bien. Desde mi experiencia, he tenido mucho contacto con las drogas, antes y después de la fama. Las he usado para muchas cosas. En mis inicios las usé para hacer dinero y ni las consumía. Porque si lo hacía me llevaba menos pasta. También las he usado en un punto en el que no me entendía a mí mismo y tenía que evadirme. Y las he mal usado, también. A lo largo de  mi vida he entendido que la marihuana y el THC me estaban volviendo loco. Y he dicho: ‘Ahora esto no es para mí’. He dejado de fumar pero no de drogarme en general. Es cierto que la marihuana la utilizaba a diario y el resto de manera ocasional. Tampoco bebo mucho. De lo único que he sido adicto es de la marihuana. Pasé mi mes y medio de mono y ya está. Al final, si las utilizas con un fin, pueden ser una herramienta. Sin control ni paz mental, es imposible. Es como el dinero. Aunque tengas mucho, gastas y gastas y no eres feliz. 

P: Encima luego el vació que sientes.

R: Cuando tenía 22 años y me drogaba mazo podía coger un reservado y gastarme 10.000 pavos en una noche. Pero aprendes. Y con ese dinero ahora me restauro un coche y estoy todos los días en el sótano con mis colegas. Algo que me llena por dentro de verdad.

P: Eso es madurar

R: Es aprender a usar el dinero en cosas que te hacen feliz. Y para ello necesitas un proceso de maduración y entendimiento.