Lo que para muchos es simplemente un residuo de la cocina, para otros se ha convertido en un recurso valioso para el cuidado de las plantas. Los posos de café, que quedan tras preparar esta popular bebida, están ganando protagonismo en jardinería doméstica por sus propiedades nutritivas y su capacidad para mejorar el estado del suelo.

Ricos en nitrógeno, potasio y fósforo, estos restos orgánicos funcionan como un fertilizante natural. Usados correctamente, pueden estimular el crecimiento vegetal y reforzar la salud de diferentes especies. No obstante, es importante conocer cuáles son las plantas que más provecho sacan de este recurso y cómo aplicarlo sin dañar el equilibrio del sustrato.

1. Las hortensias

Una de las especies más beneficiadas son las hortensias. Estas plantas ornamentales, conocidas por su floración vistosa en tonos que van del azul al rosa, responden bien a suelos con cierto grado de acidez. Los posos de café, al tener un pH ligeramente ácido, pueden modificar las condiciones del suelo y favorecer la aparición de flores azules. Además, el nitrógeno ayuda a mantener la planta vigorosa y con follaje abundante.

2. Las rosas

También los rosales, exigentes en cuanto a nutrientes, encuentran en el café un refuerzo útil. El nitrógeno estimula el desarrollo de nuevas hojas y tallos, fortaleciendo la planta frente a posibles plagas y enfermedades. Cuando se utiliza con moderación, este material también contribuye a retener la humedad del suelo, lo que se traduce en floraciones más intensas y duraderas.

3. Los tomates

En el huerto, los tomates son otra de las especies que pueden beneficiarse de este abono natural. Los nutrientes presentes en los posos no solo favorecen un crecimiento más rápido, sino que también mejoran la calidad de los frutos. Minerales como el calcio y el magnesio contribuyen a la firmeza y sabor de los tomates, mientras que el uso regular del café puede ayudar a repeler babosas y caracoles, enemigos comunes en cultivos domésticos.

4. Las azaleas

Las azaleas, con sus flores delicadas y tonos vibrantes, son otra de esas plantas que agradecen una dosis controlada de posos de café. Originarias de suelos ácidos y ricos en materia orgánica, encuentran en este residuo doméstico un aliado natural para florecer con más fuerza. El café ayuda a ajustar el pH del sustrato, permitiendo que la planta absorba mejor los nutrientes y despliegue su máximo esplendor en primavera. Eso sí, siempre conviene mezclarlos con compost o tierra, para evitar un exceso de acidez.

5. La zanahoria

En el huerto, los posos de café también tienen su lugar más allá de los tomates, y las zanahorias son una de las hortalizas que más se benefician de su uso. Mezclarlos con la tierra no solo aporta nitrógeno, sino que también mejora su textura y drenaje, facilitando que las raíces crezcan rectas y fuertes. Además, su olor puede actuar como repelente natural frente a ciertas plagas. Así que, si quieres cosechar zanahorias dulces y bien formadas, quizá la clave esté en reutilizar lo que sobra cada mañana en tu cafetera.

Eso sí, los expertos recomiendan emplear los posos de forma moderada y siempre bien secos, para evitar la aparición de moho o la acumulación excesiva de acidez en el suelo. Utilizados con criterio, pueden convertirse en una alternativa sostenible y eficaz dentro de las rutinas de jardinería.

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