El horno es uno de los electrodomésticos que, en principio, no usamos habitualmente en nuestro día a día, sin embargo es muy importante no descuidar su limpieza. Se trata de un elemento de cocina en el que introducimos alimentos y la higiene no es una opción, es fundamental.

Muchos hornos ya cuentan con una función de autolimpieza como la pirólisis o la aqualisis. Mientras la primera descompone en pocos segundos la grasa y la suciedad a una temperatura muy alta, la segunda usa agua para deshacer los restos. Pero, aunque esto cada vez es más habitual, no todos tienen estos sistemas. Por eso, en ElPlural.com te traemos el truco casero definitivo para dejar tu horno como nuevo y con un solo producto: el bicarbonato de sodio.

Los pasos

La higiene de la cocina puede ser una de las partes más tediosas de las labores del hogar. Se usan muchos productos químicos y, a veces, puede llegar a ser difícil acabar con la suciedad. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Si quieres una opción muy natural y que funciona muy bien como limpiador, el bicarbonato es una gran alternativa a los químicos. 

1. Bandejas y rejillas

Para comenzar, lo primero que deberás hacer es retirar todo lo que haya en el interior del horno, así como las bandejas y rejillas. Estas no suelen necesitar muchos productos para dejarlas como nuevas. Lo mejor es lavarlas con agua caliente y lavavajillas. De esta forma, echa un poco de jabón sobre los artículos, frota con una esponja y deja que actúe el producto mientras limpias el interior del horno. Después solo tendrás que enjuagarlas y secar bien con un trapo.

2. El interior

Esta es la parte más importante, pero es realmente sencillo. Así, mezcla media taza de bicarbonato con un poco de agua hasta que consigas que se forme una pasta. Con guantes, extiende el resultado por todas las paredes internas del horno, la base y la puerta y déjalo actuar mínimo media hora. También puedes echar un poco de sal al bicarbonato para hacer una masa granulada con la que frotar sobre las manchas más persistentes.

Limpiar el horno con bicarbonato

 

Tras dejar reposar esto durante el tiempo estimado, cuanto más mejor, retira la suciedad con un paño húmedo y, si lo necesitas, ayúdate de una espátula. Si quieres darle un toque más profundo a la limpieza puedes rociar con vinagre las partes donde todavía queden restos y acláralo con agua hasta que quede impoluto.

Una vez has terminado, un truco es dejar la puerta abierta del electrodoméstico para que se seque bien. En el caso de que en tu casa haya mucha humedad, sobre todo en invierno, puedes encenderlo a temperatura baja durante 10 minutos. Esto secará bien el interior y verás que ha quedado como nuevo.

Algunos consejos

Estos pasos son perfectos para llevarlos a cabo una vez la suciedad se ha quedado incrustada. Con todo, es importante tener en cuenta que se pueden tomar algunas medidas para prevenirlo. Una forma de hacerlo es utilizar fuentes o bandejas, ya que estas evitan que la grasa se derrame por todo el interior del horno.

También es recomendable no dejar que este se enfríe tras su uso. Esto hará que la grasa se solidifique y se adhiera al fondo de las paredes, haciendo mucho más difícil su limpieza. Para ello, lo mejor es dejar que se temple (tampoco que esté caliente porque te puedes quemar) y, con un estropajo suave humedecido en agua templada y jabón, limpiar todo el interior. De esta manera, la suciedad no estará muy dura y será más sencillo de retirar. 

Limpieza exprés

Aunque es recomendable llevar a cabo esta limpieza profunda cada mes o cada dos meses, a veces este electrodoméstico solo necesita un repaso exprés para eliminar una suciedad o grasa superficial. Para ello lo mejor es echar dos vasos de agua caliente con otro de vinagre en la bandeja del horno. Enciende a 200ºC y deja actuar la mezcla durante media hora. Tras esto, solo tendrás que pasar un paño limpio para que tu horno quede perfecto.