A veces nos centramos en poner en valor el perjuicio ambiental del plástico. Lo vemos de forma continua, el impacto del plástico abandonado en la naturaleza, y muy especialmente en el mar. Las imágenes son tremendas, pero si nos damos cuenta el factor principal, además del material y su impacto, está en la actitud de tirar y usar. El mayor problema somos nosotros.

En las últimas décadas hemos actuado como sociedad como si fuésemos nuevos ricos, nos sobra “poderío” con el planeta y sus recursos. Comenzamos a usar las cosas como si el planeta contase con recursos infinitos y, después de usarlos podemos tirarlos donde queramos que la naturaleza se encarga, sin problemas, de ellos. Esto no es así, y lo sabemos.

Algunos objetos de usar y tirar se han incorporado de forma rápida y casi sin darnos cuenta.

Un ejemplo que nos servirá para verlo con claridad es el de las tapas de plástico que se usan para evitar el vertido de café en vasos de usar y tirar a su vez. Aparecieron y se multiplicaron. Pueden tener su sentido, por ejemplo, si pedimos un café en un establecimiento y lo tomamos andando, en tránsito en un medio de comunicación o similar. Pero, no tiene en absoluto cuando pedimos un café en un establecimiento y nos sentamos a tomarlo. Incluso en alguna famosa cadena de comida rápida siempre se pone, te pueden incluso llevar el café a la mesa y también llevará esa tapa. ¿para qué? No se entiende. Un ratito de uso sin sentido y multitud de años de impactos en el medioambiente.

Así podríamos ir valorando otros objetos como platos y vasos de plástico, pajitas para bebidas… Muchas cosas y sobre todo, objetos muy usados y depositados por todas partes.

La Unión Europea tomó una decisión muy importante, secundado por todos los países europeos: prohibir la comercialización y uso de platos, vasos y cubiertos para fiestas infantiles, bastoncillos para los oídos, pajitas para beber o envases para la comida rápida.

Estos artículos y muchos otros estarán prohibidos en Europa a partir del verano de 2021 por su impacto negativo en el medioambiente.

Así lo decidió el Parlamento Europeo, que ha elaborado una normativa para eliminar del mercado los plásticos de un solo uso y también aquellos envases de poliestireno que no pueden reciclarse, como los utilizados para almacenar comida para llevar. La medida se aprobó en marzo de 2019 con el apoyo de la gran mayoría de parlamentarios.

Sabemos ya que el 80% de la basura que hay en el mar es plástico. Pero los técnicos de la Unión Europea (UE) calcularon algo que era determinante, que los productos prohibidos con la nueva norma, junto con las redes de pesca abandonadas, suponen el 70% de los residuos marinos. El impacto, en positivo de esta medida en este caso, es y será tremendo.

Con toda seguridad, poco a poco se irán implementando otras medidas . Para el 2025, la UE quiere recoger los envases de forma selectiva para reciclar hasta el 90% de las botellas de plástico. Su objetivo es que en 2030, como mínimo un tercio de los materiales de las botellas de plástico puedan ser reciclados. Todo un reto, complicado pero obligado.

Hay productos donde la investigación y el ecodiseño tendrán que buscar alternativas viables, pero aún no existen de forma adecuada. Hablamos de los aparejos de pesca, que no deberían ser arrojados en alta mar, sino devueltos a tierra para su reciclaje. En ese sentido, se plantea que los fabricantes deberán pagar el coste de recuperar aquellos, como ya ocurre con los envases, vidrio, neumáticos…

Esta decisión no solo será europea. Quedaron prohibidos a partir del 1 de enero del 2020 en varios países del Caribe. Esta medida busca cuidar de sus playas, uno de sus grandes atractivos turísticos, y cuidar del ecosistema marino.

Incluso en China, uno de los países que más residuos de plástico arroja al mar, se prohibieron las pajitas de plástico a finales del 2020 y las bolsas de un solo uso a partir del 2022. Pero hay muchos más estados que han decidido acabar con este foco de contaminación y, poco a poco, se irán sumando otros.

Este tipo de decisiones son del tipo de las que no tienen retorno, y eso es muy bueno. Que la Unión Europea sea una avanzada es un motivo de orgullo.