Seguro que en más de una ocasión has pensado en dejar de planchar para siempre. Y es que de todas las tareas que se llevan a cabo en el hogar, probablemente esta sea una de las más tediosas. No solo es aburrido sino que también hay que invertir mucho tiempo para dejar toda la ropa en perfectas condiciones.

Pues bien, más allá de esto, hay otro motivo de peso por el que deberías dejar de planchar. Y no es solo por la cantidad de horas que se pierden, sino por el medioambiente, ya que se trata de uno de los pequeños electrodomésticos que más consume de todo el hogar.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía señala que la plancha tiene aproximadamente una potencia media de 1500 vatios, por lo que es uno de los que más electricidad gasta. En este grupo también hay que incluir a todos aquellos aparatos que tienen motor -como el ventilador, batidor, exprimidor-, o que generan calor -como la plancha, tostadora, utensilios de pelo-.

Aunque en la actualidad el ingenio nos ha llevado a buscar infinidad de trucos para no tener que hacerlo, todavía se usa este método para alisar grandes cantidades de textiles a nivel mundial, también en la industria. Además, se usa durante mucho más tiempo que otro electrodoméstico ya que es un proceso muy lento, lo que repercute en nuestro bolsillo y en el planeta.

El consumo de la plancha

Apesar de que pueda parecer que planchar es el proceso de la colada que menos consume, ya que es un aparato pequeño y práctico, la realidad demuestra que es todo lo contrario. Esto es lo que ha concluido un estudio publicado en 2017 por la Universidad de Kansas, tras la investigación de los científicos Sarif Patwary, Melody L.A., Changsang Yun, LeHew y Jooyoun Kim.

Estos calcularon el impacto de usar este dispositivo tanto en la economía como a nivel medioambiental y sacaron la conclusión de que lo que menos consume es el lavado en sí mismo. En segunda posición de encuentra el secado. El planchado, por contra, se pone en primera posición en gasto.

Además, señalaron que el consumo energético es diferente en función del tipo de tejido del que se trata. Para estudiarlo, los investigadores compararon tres diferentes composiciones: tejidos 100% algodón, poliéster al 65% con algodón al 35%, así como telas fabricadas con la misma composición pero tratadas previamente para que fueran más duraderas y resistentes.

Tras analizar todos estos compuestos, el estudio concluyó que el planchado de tres kilos de cada uno de estos tres tipos de tejido durante 50 lavados cuesta al consumidor 22,54 dólares, 20,94 y 8,95$, respectivamente. Este coste está pensado para Estados Unidos, por lo que estos resultados no se puede extrapolar tal cual a España debido al sistema de tarifas.

Sin embargo, sí puede darnos una idea de nuestro consumo. Como hemos comentado anteriormente, la plancha utiliza de media una potencia de 1500 vatios. Por tanto, sí usamos el dispositivo durante unos diez minutos, consumirá unos 0,15kWh, lo que supone cerca de 5 céntimos -sin contar los impuestos-. 

Con todo, lo que sí se puede sacar en conclusión a nivel mundial es la huella de carbono. Según el estudio de la Universidad de Kansas, planchar estos tejidos producen gases de efecto invernadero de 160,66 kilos, 149,28 kilos y 63,91 kg, respectivamente.

Así, según la calculadora de equivalencias de gases de efecto invernadero desarrollada por el gobierno de los Estados Unidos, el planchado de tres kilos de ropa de algodón equivale a las emisiones que produce de media un coche durante cerca de 650 kilómetros.

Dejar de planchar reduciría el CO2 emitido en 13 millones de toneladas

De esta situación se han hecho eco distintos activistas en los últimos años. Ya en septiembre de 2019 lo hizo Mark Sultan Gersava, un reconocido defensor del medioambiente y premio nacional sobre iniciativas en Filipinas.

En un post publicado en Facebook, el científico aseguró que si todo el mundo dejase de planchar sus prendas, se disminuiría el CO2 emitido en 13 millones de toneladas métricas, lo que equivale a lo que emiten casi tres millones de coches usados durante un año.

“A partir de hoy me comprometo a no planchar mi ropa nunca más para reducir mis emisiones de carbono. Cada persona emite 190 kg de CO2 por año al hacerlo. Si 7 billones de personas dejamos de planchar podemos reducir en 13 millones de toneladas métricas las emisiones de CO2, lo que es una gran contribución para disminuir los efectos del cambio climático. Y, lo mejor de todo, es que vamos a reducir el monto de las facturas de luz”, se puede leer en el texto que acompañó con una foto de su ropa arrugada.

Este mensaje motivó en 2019 a comenzar una campaña ambientalista que alentaba a los ciudadanos a dejar de planchar la ropa para ahorrar energía eléctrica, así como ayudar a evitar el calentamiento global y, por lo tanto, a luchar contra el cambio climático.

El movimiento también destacó entonces que no planchar es equivalente a plantar siete árboles, disminuiría el impacto de los gases que producen siete vehículos a la vez o a generar oxígeno para una persona durante siete horas. Un gesto que, aunque no sea el causante del cambio climático, sí ayudaría a combatirlo