En el sur de Navarra, existe un lugar que parece sacado de una película de ciencia ficción. Las Bardenas Reales, con sus formas erosionadas y colores cambiantes, han sido escenario de conquistas, pactos históricos y, en la actualidad, maniobras militares de la OTAN con fuego real. Un espacio tan insólito como fascinante, donde conviven la historia, la naturaleza y el ejército.

Sus formaciones geológicas, rutas señalizadas y puntos panorámicos lo convierten en un lugar ideal para descubrir una Navarra menos conocida, donde el entorno natural y la historia conviven de forma singular y equilibrada

El desierto que unió a pueblos y reyes

Las Bardenas Reales, ese paisaje árido y sorprendente del sur de Navarra, encierran una historia de conquistas, pactos y resistencia. Desde la Edad del Bronce, sus tierras fueron testigo del paso de pueblos que apenas dejaron asentamientos estables, aunque sí restos arqueológicos. El territorio fue romano, cayó bajo dominio bárbaro y marcó la frontera norte de Al-Ándalus. Con la Reconquista, las Bardenas se transformaron en moneda de cambio, donde los reyes navarros recompensaban a los valles aliados, como Roncal y Salazar, concediéndoles derechos de pasto y roturación.

Uno de los acontecimientos más relevantes se produjo en 1705, cuando Felipe V, tras la Guerra de Sucesión, cedió el uso perpetuo de las Bardenas a 22 pueblos y entidades. Así nació la Comunidad de Bardenas, un modelo singular de propiedad compartida que aún hoy gestiona este espacio, símbolo de siglos de colaboración, resistencia y memoria colectiva.

Un escenario del oeste en Navarra

El entorno semidesértico de Bardenas Reales ha sido esculpido durante siglos por la acción del viento y el agua sobre arcillas, yesos y areniscas. Sus formaciones rocosas —como el impresionante Cabezo de Castildetierra— recuerdan a esculturas alienígenas que cambian de color según la luz del día.

El curioso escenario oeste de Navarra, en Bardenas Reales

Este paraje se divide en tres zonas bien diferenciadas: la árida Bardena Blanca, la vegetación más densa de la Bardena Negra y la llanura del Plano. Su aspecto es fácil de recorrer en coche, bicicleta o a pie. Sin embargo una parte del terreno está ocupada por un campo de tiro militar, por lo que es fundamental seguir las rutas señalizadas.

Explora los rincones más surrealistas de la comunidad

Uno de los lugares más icónicos de las Bardenas Reales es el Cerro de Castildetierra, una formación con forma de chimenea cuya silueta destaca en cualquier postal del parque. Ver cómo cambia de tonalidad con el amanecer o el atardecer resulta espectacular. Otro enclave llamativo es el Rincón del Bú, un laberinto natural de barrancos y cerros moldeados por la erosión, que recibe su nombre por la presencia del búho real, una de las aves rapaces más representativas de la zona.


El curioso cabezo de Castildetierra

Para quienes buscan una vista panorámica, la Ermita de Sancho Abarca, situada a más de 650 metros de altitud, ofrece una de las mejores perspectivas del paisaje bardenero. Las estaciones más recomendables para la visita son la primavera y el otoño, cuando las temperaturas son más suaves y el terreno más agradecido para caminar.

Recorridos marcianos para todos los gustos

El parque ofrece rutas para todos los perfiles. La Ruta del Cabezo del Fraile permite explorar la Bardena Negra, con su relieve abrupto y vegetación diferenciada. Para una opción más accesible, la Ruta del Barranco de las Cortinas es ideal para familias, con un trazado sencillo y formaciones geológicas de gran contraste.

Otra opción destacada es la subida al Cabezo de las Cortinillas, una ruta corta pero panorámica que permite contemplar la Bardena Blanca desde lo alto. Para los más experimentados, la ruta del Piskerra al Rallón ofrece 16 kilómetros de paisaje extremo, ideal para quienes buscan una experiencia más intensa.

También destacan el Paso de los Ciervos y la Arista Bonita, zonas de alto valor ecológico en las que se recomienda respetar estrictamente los caminos señalizados. La belleza de este entorno va de la mano con su fragilidad.

¿Qué debes saber antes de visitar las Bardenas?

Las Bardenas Reales no solo destacan por su valor paisajístico, sino también por ser un espacio compartido entre actividades ganaderas, turísticas y militares. El acceso está permitido todos los días del año, aunque con un horario específico: de 9:00 a 14:00 y de 15:00 a 17:00.

Es muy recomendable comenzar la visita en el Centro de Visitantes de Arguedas, donde se puede obtener información actualizada sobre los caminos, condiciones del terreno y normas básicas de conservación. La entrada principal se encuentra bien señalizada desde la N-134, con accesos cómodos desde Tudela y otras localidades cercanas.

Un dato relevante es que, en el corazón del parque se ubica el único polígono de tiro en Europa donde la OTAN realiza maniobras con fuego real. Esta presencia militar genera opiniones divididas: mientras colectivos ecologistas denuncian su impacto ambiental, los municipios cercanos valoran los ingresos que reciben del Ministerio de Defensa a cambio de su uso.

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