La villa cántabra de Comillas, que ostenta el título de uno de los pueblos más bonitos de España, es el destino favorito de miles de turistas tanto por su importancia arquitectónica como por su significado histórico. Conocida como la "Villa de los Arzobispos", debido a la cantidad de altos cargos eclesiásticos originarios de la zona, esta localidad alberga algunas de las obras más importantes del modernismo en Cantabria, incluyendo el Palacio de Sobrellano, su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y El Capricho de Antonio Gaudí.

Además de su patrimonio arquitectónico, Comillas es famosa por su hermosa playa, un lugar muy frecuentado durante el verano, y por su Plaza del Corro, que se encuentra junto a la iglesia. La historia de la villa y su relevancia eclesiástica se reflejan en los seis escudos que adornan la fachada principal del Antiguo Ayuntamiento, cada uno representando a un destacado religioso nacido en el lugar.

De la historia de Comillas se sabe que era una villa noble y aristocrática situada sobre unas hermosas colinas que resguardan el puerto y su impresionante playa. La localidad tiene un pasado muy diverso que se remonta a la prehistoria, pues los primeros asentamientos humanos en Comillas se evidencian en las cuevas de La Meaza, donde se han encontrado pinturas rupestres paleolíticas de hace aproximadamente 14.000 años.

La zona también ha revelado yacimientos arqueológicos de la Edad de Hierro y vestigios de la época romana. Sin embargo, el casco antiguo de Comillas comenzó a formarse en la época medieval, con pequeños barrios que gradualmente se expandieron alrededor de la plaza creando el entramado urbano que hoy se observa.

El patrimonio modernista de Comillas

El desarrollo de Comillas ha estado históricamente vinculado a la pesca, siendo un importante puerto ballenero hasta el siglo XVII. No obstante, su destino cambió radicalmente en el siglo XIX con la figura de Antonio López y López, primer Marqués de Comillas, quien, tras emigrar a Cuba, se convirtió en uno de los hombres más ricos e influyentes de su época. Junto a su familia, el marqués se convirtió en un mecenas de varios artistas catalanes renombrados y emergentes, siendo el precursor del desarrollo del Modernismo en Comillas, convirtiéndola en un referente de esta corriente artística.

Para comenzar el recorrido por el patrimonio modernista de la villa, es recomendable empezar por el Palacio de Sobrellano, un majestuoso edificio neogótico, obra de Joan Martorell, conocido también como el Palacio del Marqués de Comillas. Se distingue por su refinada arquitectura y el mobiliario, en parte diseñado por Gaudí. Junto al palacio, la Capilla-Panteón complementa este conjunto estilístico, con mausoleos de mármol elaborados por artistas como Llimona y Vallmitjana.

Palacio de Sobrellano o Palacio del Marqués de Comillas, obra modernista edificada en Comillas, Cantabria.

Palacio de Sobrellano o Palacio del Marqués de Comillas, obra modernista edificada en Comillas, Cantabria

Dominando la villa desde el oeste, la Universidad Pontificia, obra de Luis Doménech i Montaner, es otro edificio emblemático de Comillas. Concebida originalmente como una escuela para niños pobres, su rica ornamentación y decoración interior la convierten en un emblema del Modernismo en la región. Por otra parte, el Cementerio de Comillas, también influenciado por Doménech i Montaner, alberga la magnífica obra escultórica de El Ángel Exterminador de Joseph Llimona.

Continuando con la visita, encontramos El Capricho, una de las primeras obras maestras de Antonio Gaudí, que fue declarado monumento histórico-artístico en 1969. Este edificio, de estilo arabesco, destaca por su pórtico con grandes columnas y las decoraciones cerámicas en sus muros, reflejando una integración perfecta del arte, la música y la naturaleza.

El Capricho, obra del maestro del Modernismo catalán Antonio Guadí, ubicado en Comillas.

El Capricho, obra del maestro del Modernismo catalán Antonio Guadí, ubicado en Comillas.

Alejándose del estilo modernista se presenta ante los viajeros un casco histórico que nace de una plaza principal rodeada de casonas, el Ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Cristóbal, la cual refleja la arquitectura popular y las influencias del linaje de la época. Asimismo, sus calles empedradas y otras plazas como la del Corro de Campíos y la de los Tres Caños no pueden dejarse sin visitar.

Finalmente, en lo alto de una colina, con vistas al pueblo y al mar, aparece el Monumento al Marqués de Comillas, una obra de Doménech erigida en 1980 en homenaje al benefactor de la villa y su influencia en la transformación arquitectónica de Comillas.

Una villa rodeada de naturaleza

Comillas es un municipio con un rico patrimonio natural, dividido en dos paisajes distintos: por un lado, su paisaje costero está compuesto por playas, acantilados y la Ría de la Rabia, que son elementos centrales de su belleza natural; y por otro, un paisaje de interior, caracterizado por praderas verdes que sirven como antesala del Monte Corona. Además, aproximadamente la mitad del territorio de Comillas forma parte del Parque Natural de Oyambre, compartido con los pueblos de San Vicente de la Barquera y Valdáliga.

Cabe destacar la impresionante playa de Comillas, ubicada cerca del puerto, que es famosa por su fina y dorada arena fina y que se convierte en verano en un centro de ocio muy solicitado. Por contra, en los meses más frescos, Comillas ofrece planes más tranquilos, como puede ser pasear por las numerosas rutas de senderismo.

Playa de Comillas, famosa por su arena fina y dorada, el destino favorito de los turistas en verano.

Playa de Comillas, famosa por su arena fina y dorada, el destino favorito de los turistas en verano.

¿Qué ver en los alrededores de Comillas?

Gracias a su ubicación privilegiada, la villa de Comillas ofrece a sus visitantes la posibilidad de realizar atractivas excursiones a corta distancia. Destinos cercanos incluyen la villa medieval de Santillana del Mar, conocida por sus monumentos románicos y el Museo de Altamira, así como la villa de Suances y la marinera San Vicente de la Barquera en la ruta costera. Hacia el interior, se puede explorar la Reserva Natural del Saja, destacando el pueblo de Bárcena Mayor, y continuar al Valle del Nansa para visitar otros pintorescos pueblos como Carmona, Tudanca y Cosío.

Otra excursión destacada es el Parque Nacional de los Picos de Europa, accesible a través del desfiladero de La Hermida y el teleférico de Fuente Dé, que lleva a las cumbres montañosas. En el valle de Liébana, se pueden admirar lugares como el histórico Potes, el Monasterio de Santo Toribio y la Iglesia Mozárabe de Lebeña. Además, lugares como Santander, la capital de la comunidad, la Cueva El Soplao y el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, son de gran interés para los visitantes.

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