Una de las obras más relevantes de la literatura contemporánea, también clave para el periodismo actual, se escribió en un pueblo costero de Girona. Se trata de Palamós, situado en la comarca del Baix Empordà, y fue refugio del afamado autor estadounidense Truman Capote durante la década de los 60. En una casa frente al mar de esta localidad, conocida también por su rica historia, sus impresionantes calas y las exquisitas gambas que allí se pueden degustar, Capote dio forma a la novela de su vida: A sangre fría.
Un puerto atacado por el mismísimo pirata Barbarroja
Los primeros asentamientos humanos en la zona se encuentran en el dolmen del Montagut, que data de entre el 2500 y el 1500 antes de Cristo, y en los restos de un poblado íbero en la Playa de Castell. Aunque algunos autores sugieren que Palamós podría haber sido una antigua colonia griega conocida como Paleópolis, no existen pruebas concluyentes de ello en los registros históricos antiguos.
El origen oficial de Palamós se sitúa en 1277, cuando el rey de Aragón Pedro III el Grande encargó la compra del Castillo de Sant Esteve y promovió el desarrollo de un nuevo núcleo de población. Fundándose de manera formal el pueblo en 1279 con la Carta Puebla, que estableció un mercado semanal y otorgó ciertos privilegios.
Durante el siglo XVI, el lugar sufrió diversos ataques de piratas, siendo uno de los más devastadores el asalto de la escuadra turca de Barbarroja en 1543, que destruyó gran parte de la villa y ocasionó grandes pérdidas humanas y materiales. Este evento trágico fue seguido por una bula papal para ayudar en la recuperación del pueblo.
En 1652, la peste afectó gravemente a la población, llevando a un voto perpetuo de peregrinación a la ermita de Bell-Lloch. Asimismo, en 1694 y nuevamente en 1809, Palamós fue atacada por las tropas francesas. Y en la Guerra Civil Española, el puerto de Palamós fue bombardeado repetidamente por el bando nacional, lo que obligó a la construcción de búnkeres que pueden verse hoy en día.
Lugar de inspiración para Truman Capote
El célebre escritor estadounidense, Truman Capote, encontró en Palamós el refugio perfecto para terminar una de sus obras más emblemáticas, A sangre fría. Entre los veranos de 1960 y 1962, Capote se instaló en esta tranquila localidad de la Costa Brava junto a su pareja, Jack Dunphy, y sus mascotas. El pequeño pueblo de pescadores le ofrecía la paz y el anonimato necesarios para concentrarse en su escritura, lejos del bullicio de Nueva York y su intensa vida social.
Capote y Dunphy llegaron a esta villa costera el 26 de abril de 1960, recomendados por el periodista Robert Ruark, que también residía en la zona. Se alojaron inicialmente en el Hotel Trias y luego alquilaron una casa frente a la playa de La Catifa. Durante su estancia, Capote desarrolló una rutina de trabajo estricta que le permitió avanzar en su libro.
Los tres veranos consecutivos que Capote pasó en Palamós fueron cruciales para la elaboración de su obra más importante. Allí, el escritor pudo sumergirse profundamente en la mente de los asesinos de la familia Clutter, tema central de su obra, e incluso realizó un viaje a Londres para visitar a un psiquiatra que le ayudara a entender mejor a los criminales. Capote valoraba tanto la tranquilidad del pueblo marineros que sólo lo abandonó para llevar a cabo ese viaje específico.
En la actualidad, la casa en la que Capote trabajó se ha convertido recientemente en una residencia para escritores, manteniendo vivo el legado del autor en la localidad. Y existe, para los fanáticos de este escritor, una ruta literaria que permite conocer los lugares que visitó y las personas con las que se relacionó en este pintoresco pueblo.
¿Qué ver en Palamós?
Al llegar a Palamós puedes comenzar tu recorrido paseando por las calles peatonales de su casco antiguo, donde encontrarás tiendas, bares y restaurantes encantadores. Allí, podemos ver la Iglesia de Santa María, construida en 1428, que destaca por su arquitectura gótica, y el Ayuntamiento, que también merece una visita por su valor histórico.
El puerto de Palamós es otro punto de interés esencial, donde puedes acercarte al Museo de la Pesca, que ofrece una fascinante visión de la evolución de la pesca en la Costa Brava. Además, al final de la tarde, observarás desde allí la llegada de los barcos de pesca en la lonja, donde se subastan las capturas del día, incluyendo las famosas gambas de Palamós.
Vista aérea del puerto de Palamós, lugar donde se encuentra el Museo de la Pesca.
Sigue tu recorrido hacia el Castillo de Sant Esteve del Mar, cuyos restos se encuentran en un acantilado entre La Fosca y Cala S’Alguer. Desde las ruinas de este castillo medieval se pueden disfrutar de unas vistas impresionantes del mar. Por otro lado, no muy lejos del castillo, podrás conocer lo que queda del poblado íbero del Castell, que te transportará aún más atrás en el tiempo.
Sin duda, tu recorrido por Palamós no estará completo si no visitas las hermosas playas y descubres las calas que esconde la costa gerundense: La Platja Gran, principal playa urbana, es ideal para relajarte bajo el sol. Más al norte, La Fosca, tiene aguas cristalinas y un ambiente familiar muy acogedor. Por último, la Cala S’Alguer, conserva barracas de pescadores del siglo XV y ha sido declarada Bien Cultural de Interés Nacional por su singular belleza y autenticidad.
La preciosa cala S'Alguer situada en Palamós, una de las más bonitas de Girona.
Gambas de Palamós, un intenso color rojo y un sabor inconfundible
La gastronomía de Palamós es un verdadero deleite para los sentidos, con una fuerte influencia marinera debido a su ubicación en la Costa Brava. El protagonista indiscutible de la cocina local es la Gamba de Palamós, reconocida internacionalmente. Esta gamba, de un intenso color rojo y sabor inconfundible, se pesca mediante técnicas tradicionales de arrastre y cuenta con una marca de garantía que asegura su frescura y calidad desde el mar hasta la mesa.
Además de las gambas, la oferta gastronómica de este municipio incluye una gran variedad de pescados y mariscos frescos que llegan diariamente a la lonja. Curiosamente, si estás interesado en aprender sobre la preparación y cocción de estos productos marinos, el Espai del Peix ofrece una serie de cursos culinarios. Cabe destacar también, que durante el mes de octubre, el pueblo celebra el Palamós Gastronòmic, un evento que reúne a varios restaurantes locales que preparan menús especiales y se realizan actividades relacionadas con la gastronomía, incluyendo concursos y talleres impartidos por chefs de renombre.