Lo común es elegir un hotel o un hostal para pasar la noche después de visitar algún pueblo; o bien para tener una noche romántica en pareja. Sin embargo, los paradores siempre son una buena opción pues, al fin y al cabo, no dejan de ser hoteles y, en ocasiones de lujo. De hecho, en algunos municipios una de las cosas más famosas, además de su cultura arquitectónica, gastronómica y demás, son sus paradores. A continuación, te recomendamos algunos de los más reconocidos en Madrid y alrededores.

Parador de Alcalá de Henares

En la cuna de Miguel de Cervantes se encuentra uno de los paradores más impresionantes de Madrid. Situado en al antiguo Colegio Mayor de San Jerónimo, este parador combina a la perfección tradición y vanguardia. Se encuentra tan solo a 22 kilómetros de Madrid y es el colofón perfecto para descansar después de visitar la calle Mayor, la Catedral, la Universidad o el Palacio Arzobispal de una ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad.

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Parador de Chinchón

Este antiguo convento agustino, de amplios ventanales y habitaciones decoradas con todo tipo de detalle te ofrecerá un descanso sin igual después de visitar el pueblo de Chinchón. Ahora bien, si tu viaje es de ida y vuelta, esto no debe ser excusa para dejar de visitarlo, ya que ofrece uno de los mejores corderos asados o cocido madrileño de toda la capital. A pesar de ser un pueblo pequeño, Chinchón cuenta con muchos rincones especiales: la Torre del Reloj, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Monasterio de las Clarisas, la Casa de la Cadena; la laguna de San Juan o la de San Galindo.

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Parador de Segovia

Dentro de otra ciudad considerada patrimonio de la humanidad se encuentra el mirador de Segovia. Acogedor y con una piscina exterior para disfrutar en verano este hotel es testigo de importantes reuniones y congresos. Además, esta situado de forma estratégica, ya que te permite visitar los múltiples espacios naturales que rodean a la provincia leonesa.

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Parador de La Granja

A unos 10 km de Segovia encontramos el parador de La Granja. Se encuentra en un rincón escondido de Sistema Central y está formado por la Casa de los Infantes, construida en el siglo XVIII por Carlos III para que habitaran en él los infantes Gabriel y Antonio, y el Cuartel General de la Guardia de Corps. 

Dispone de 16 salas de reuniones y una ambientación más que pensada para tu descanso. Desde un lado le contempla nada menos que el Palacio Real de la Granja, donde podrás caminar siempre que quieras por su mágicos jardines y sus fuentes propias de cuento de Disney.

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Parador de Oropesa

Rodeado de los restos medievales que ha dejado esta ciudad, es considerado el primer parador de la red de establecimientos que han surgido en la península en torno a castillos, monasterios y demás construcciones históricas. Con una ubicación privilegiada dentro de la ciudad, con vistas al Convento de las Misericordias o la Iglesia Parroquial, destacan en su interior algunas zonas comunes como su exquisito restaurante o su piscina al aire libre.

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Parador de Toledo

¡Qué decir de Toledo! Capital de España durante mucho tiempo y lugar de convivencia entre las tres religiones. De ahí que la ciudad tenga los encantos de todas ellas distribuidos por diferente calles y monumentos como la catedral, el alcázar o la plaza del Zocodover.

Su parador, como no podría ser de otra manera, tampoco defrauda. Las vistas de éste se orientan directamente a la ciudad imperial y te ofrecen una panorámica sin igual que no podrás resistirte a fotografiar. Además, su piscina con tumbonas, sus salones, su terraza... te harán sentir mejor que en casa. 

Eso sí, antes de ir a dormir debes darte una vuelta por sus bares y su casco antiguo, ya que Toledo iluminado es... ¡el mejor regalo que puedes hacerle a tu pareja!

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Parador de Ávila

Con señalar que se encuentra en el interior de las murallas de Ávila está todo dicho. O casi todo, porque a ello hay que sumarle que este parador forma parte de un entramado de conventos, iglesias y palacios renacentistas.

Su visión de la ciudad a través de un patio acristalado y sus amplias y majestuosas habitaciones hacen de este parador merecedor de encontrarse en una lugar considerado Patrimonio Cultural Mundial.