El bocadillo de calamares es, sin duda, una auténtica institución gastronómica en Madrid y está la altura de otros platos tan sofisticados como el cocido madrileño o bien antojos dulces como los míticos churros con chocolate.
Ahora bien, recientemente el emparedado más famoso de la capital se encuentra bajo lupa después de que el científico marino Arnau Subías, autor del perfil de divulgación Gastrobio en Instagram, llamara la atención sobre un secreto de este bocadillo que probablemente los hosteleros quieren que sepas.
Y es que Subías ha explicado que en muchas ocasiones lo que te ponen en estos bocadillos no es calamar, sino pota, que también es un cepalópodo de la misma familia, pero de distinto sabor, textura y un precio más barato.
¿Bocadillo de calamares o de pota? ¿Existen diferencias?
El calamar auténtico "es de color rosado o blanquecino, semitransparente si está vivo, y algo que es muy clave es la forma de sus aletas, que son alargadas y en forma de rombo", explica el experto, que añade que "tiene una textura tierna y un sabor muy suave, que lo hacen ideal para elaboraciones rápidas, como por ejemplo, la plancha o la fritura".
La pota, en cambio, "tiene tonalidades más oscuras, violetas o marrones, y sus aletas son mucho más cortas y en forma de corazón". Así mismo, Subías explica que "es ideal para cocciones largas, porque tiene un sabor más intenso que el calamar y, sobre todo, una textura más dura".
¿Es malo comer pota?
El principal motivo por el que se sirve pota como calamares es porque el sabor es muy parecido y porque la pota es más barata. Este coste más económico viene, según explica Subías, porque se pueden pescar una mayor cantidad de ellos y porque "está menos valorado gastronómicamente porque su carne es más dura". Eso sí, a nivel nutricional, no tenemos que preocuparnos ya que, tal y como explicó Beatriz Robles en Saber Vivir, "su valor nutricional es muy similar, pero la calidad es peor, el sabor es peor, la textura es peor".
Ahora bien, la divulgadora explica que aunque se hable de que los calamares y la pota tienen unas buenas cualidades nutricionales (como por ejemplo que son bajos niveles en grasa y cuentan con vitaminas del grupo B), lo cierto es que se dan en los casos que se compren al natural y no los ultracongelados. "Ahí lo que estamos comprando es un ultraprocesado que es verdad que insinúa que lleva calamar, pero no siempre es lo que parece", advierte la experta.
De hecho, esta problemática por los calamares llevó a una conocida organización de consumidores en el año 2017 a lanzar una campaña a las etiquetas engañosas. Con esta iniciativa consiguieron que Pescanova cambiara precisamente las etiquetas de anillas de calamar por anillas de pota, que es lo que verdadaremente estaban vendiendo. Y es que en muchas ocasiones puedes encontrar un producto en el supermercado que pone "calamares" pero luego cuando te vas a los ingredientes ves que no es lo que están vendiendo.
En definitiva, podrás seguir disfrutando de tus bocadillos de calamares en Madrid sin problema; eso sí, ten en cuenta que si no te sabe tan bien tal vez sea pota en lugar de calamar.
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