Las personas con un coeficiente intelectual igual o superior a 130, conocidas como de alto potencial intelectual (API), suelen vivir la hora de acostarse de una manera distinta al resto. Mientras que para muchos el final del día es sinónimo de desconexión, en quienes tienen un pensamiento más rápido y constante se convierte en un momento de especial actividad mental.

Lo que dice la investigación sobre su sueño

Un estudio publicado en 2003 y realizado con 196 niños con altas capacidades y 226 niños de referencia, todos entre 8 y 11 años, mostró un patrón de descanso particular. Según la investigación, dirigida por el doctor Revol, jefe del servicio de neuropsiquiatría infantil del Hospital Universitario de Lyon y psiquiatra infantil, los API tienen más ciclos de sueño, aunque más cortos. Sus fases duran de media 70 minutos frente a los 90 habituales. Además, el sueño paradójico —el momento en que el cerebro procesa la información— aparece antes y se intensifica en la última parte de la noche.

Un cerebro que no se detiene

La psicóloga Arielle Adda, especialista en altas capacidades y autora del libro De l’enfant à l’adulte doué, construire sa personnalité, lo explica así: Según explicó en una entrevista con Le Figaro Étudiant, "las personas superdotadas procesan la información más rápido que la media. Sin embargo, es durante el sueño REM cuando el cerebro ordena, clasifica y organiza los datos".  También señala que suelen tener sueños muy intensos, lo que refuerza esta diferencia en el descanso.

Sin embargo, esa agilidad mental también tiene un coste: la dificultad para relajarse al ir a la cama. "La hiperactividad cerebral en el momento de dormirse es muy típica de los API. Repasan los acontecimientos de la jornada, piensan en los errores que podrían haber evitado… Su perfeccionismo lo amplifica todo", añade Adda.

Cómo lo viven adultos y niños

En los adultos, esta situación se acentúa porque son más conscientes de la importancia del descanso. Según la psicóloga, muchos de ellos sienten que dormir es "una pérdida de tiempo" y prefieren aprovechar para aprender o descubrir cosas nuevas. Esto explica por qué de niños suelen abandonar la siesta antes que otros.

En el caso de los niños y niñas, el doctor Gonzalo Pin Arboledas explica que para poder facilitar el sueño a los niños y niñas con altas capacidades, es importante alargar la rutina de lo que se conoce como la rutina del presueño; es decir, el momento en que nos vamos preparando y desconectando para ir a dormir. Así, el pedriata aconseja en este artículo "alargar esta fase previa al sueño les ayudará a desengancharse [ya que] es conveniente que sea más larga con estos niños/as, porque su cerebro está hiperactivado y le cuesta más desconectar”.

Una forma de hacerlo, y que es posible tanto adultos como niños, es ponerse a leer. "Los superdotados tienen una inclinación especial por los libros y por la noche recurren a ellos con gusto. Les calma, pero también les lleva a trasnochar, lo que complica el despertar", indica Adda. La presencia de problemas de sueño es, de hecho, uno de los indicadores que los especialistas tienen en cuenta a la hora de diagnosticar la precocidad intelectual. En todo caso, hay que saber que no existen soluciones únicas, pero sí métodos que pueden ayudar. Entre ellos, ejercicios de respiración, estiramientos o rutinas relajantes. "En los casos más severos, se puede plantear un tratamiento médico, porque el sueño es fundamental", concluye Arielle Adda.