La Navidad es sinónimo de celebraciones, comidas fuera de casa y mesas más abundantes de lo habitual. Este cambio en los hábitos alimentarios supone un esfuerzo extra para el sistema digestivo, que tiene que adaptarse a platos más contundentes, mayor variedad de alimentos, dulces tradicionales y un consumo más elevado de alcohol. Como consecuencia, no es raro que aparezcan sensaciones de pesadez, hinchazón o malestar general durante estos días .
Los datos confirman esta tendencia. Según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, durante la Navidad los españoles llegan a consumir hasta un 30% más de las calorías recomendadas. Este exceso, unido a la ruptura de la rutina habitual, explica por qué las digestiones se vuelven más lentas y pesadas en estas fechas.
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Preparar la digestión antes de los excesos
Los especialistas de Vitae Health Innovation señalan que una de las claves para reducir las molestias es anticiparse. En las semanas previas a las celebraciones, introducir hábitos que favorezcan la digestión ayuda al organismo a afrontar mejor las comidas más copiosas. Masticar con calma, mantener una buena hidratación y priorizar alimentos ricos en fibra contribuyen a mejorar el tránsito intestinal y a reducir la sensación de pesadez cuando llegan los días señalados.
Otro aspecto importante es el cuidado de la microbiota intestinal. Mantener el equilibrio de las bacterias beneficiosas del intestino facilita la digestión y mejora la tolerancia a los excesos puntuales. Para ello, se recomienda incorporar alimentos fermentados de forma regular o recurrir a suplementos con cepas presentes de manera natural en el intestino humano, especialmente cuando la dieta diaria no lo permite.
Durante las comidas más abundantes, como Nochebuena o Navidad, el sistema digestivo puede necesitar una ayuda extra. En estos casos, los complementos nutricionales con enzimas digestivas pueden facilitar la descomposición de grasas, proteínas y carbohidratos. Lluisa Varela, directora Técnica y de I+D+i de Vitae Health Innovation, explica que "la combinación de enzimas y probióticos favorece tanto el proceso de digestión como el reequilibrio de la microbiota. Es un apoyo incluso en personas con intolerancia a la lactosa”.
Escuchar al cuerpo y ajustar los hábitos
No todas las personas reaccionan igual ante los excesos alimentarios. Por eso, los expertos insisten en la importancia de atender a las señales del propio cuerpo. Alternar los días festivos con comidas más ligeras, realizar paseos suaves después de comer y respetar las horas de descanso contribuye a regular la digestión y a reducir la sensación de plenitud.
También es clave identificar y moderar ciertos hábitos frecuentes durante estas fechas, como comer con prisa, servirse raciones demasiado grandes, mezclar platos muy grasos con dulces calóricos, saltarse comidas previas o abusar del alcohol. Pequeños cambios en estas conductas pueden marcar la diferencia a la hora de evitar molestias digestivas.
No todo el malestar digestivo es igual
Los especialistas recuerdan que conviene distinguir entre una digestión pesada y otras molestias gastrointestinales. La primera suele aparecer tras comidas abundantes y ricas en grasa y se manifiesta como lentitud o sensación de plenitud, sin implicar necesariamente un problema intestinal. En cambio, síntomas como gases, hinchazón o retortijones pueden surgir incluso tras comidas más ligeras y estar relacionados con una digestión menos eficiente o con desequilibrios en la microbiota.