Angelino Garzón, que fue vicepresidente de Colombia (2010-2014) con Juan Manuel Santos y ministro de Trabajo y Seguridad Social (200-2004) con Andrés Pastrana, está este mes de septiembre por España para dar a conocer su iniciativa Unidos en la Diferencia, un proyecto que busca unir liderazgos políticos, sociales, sindicales y empresariales de diferentes visiones ideológicas, para promover la reconciliación y la democracia en su país.

Garzón ha inaugurado en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache el ciclo "Encuentros por el mundo" de Funddatec, una fundación que promueve el desarrollo tecnológico, sostenible y circular, y ha desgranado los ejes de su iniciativa que es replicable en todos los países con problemas de polarización política, como es el caso de España.

Sus planteamientos son fruto de una larga experiencia como activista sindical, mediador en numerosas soluciones de conflictos, embajador de su país en la sede de Naciones Unidas en Ginebra, gobernador del Valle del Cauca y facilitador de acuerdos entre la guerrilla y el gobierno.

La mayoría de las sociedades democráticas sufren en la actualidad una polarización entre conservadores y progresistas, izquierda y derecha, republicanos y demócratas, que impide la consecución de consensos amplios para afrontar los verdaderos problemas que afectan a la gente como el calentamiento global, la creciente desigualdad, el envejecimiento de la población y la crisis de la natalidad.

El diálogo cívico que propone Garzón pasa por una lealtad institucional entre el gobierno central, gobiernos regionales y ayuntamientos para dejar a un lado las batallas culturales e identitarias o ideológicas y centrarse en las soluciones de los problemas. Una asignatura que también tenemos pendiente en España y que se ha acentuado con la entrada de la ultraderecha en algunos gobiernos autonómicos y locales.

Otro tema abordado en el coloquio fue el papel de la ONU y sus organismos sectoriales en la implementación de los ODS y la Agenda 2030, que tiene su correspondencia con el papel que juega la Unión Europea en nuestro continente con el impulso de la transición ecológica, ralentizada en la actualidad por el auge del negacionismo climático en algunos países.

La presencia de la ONU se hace notar especialmente en los conflictos, pero poco en el día a día de la gobernanza de los países y en la construcción de soluciones. Algo que a la UE le pasa con frecuencia cuando se culpa a Bruselas de las normas que nos afectan y se ignoran los recursos que aporta y las ventajas de la moneda única, por ejemplo.

En la actual coyuntura española sería muy positivo que la sociedad civil invitara a los partidos a ser valientes en el abordaje de los conflictos territoriales, como el de Cataluña, y a no tener miedo a soluciones políticas innovadoras, por muy disruptivas que parezcan.