Capítulo seis, y esta semana no podíamos tratar otra cosa que no fuese este audio infame. Hemos escuchado a Pablo Gallart, CEO de Ribera Salud, intentar jugar con la vida de la gente, intentar retrasar una prueba a tiempo, una intervención quirúrgica, alargar las listas de espera. ¿A cambio de qué? A cambio de millones. A cambio de millones para su bolsillo.
A cambio de hacer negocio con la sanidad pública. Y la sanidad pública no puede ser el negocio de algunos ricos y de alguna gente de la derecha, porque este modelo no actúa solo. Este modelo tiene cómplices: tiene el Partido Popular estableciendo en cada comunidad donde gobierna, tiene una derecha que lo apoya y que lo financia. Y si no, ¿por qué la Comunidad de Madrid no ha tomado medidas frente a este CEO y frente a este grupo como es Ribera Salud?
Más allá de que incluso hablar de Ribera Salud es un ejercicio de valentía, porque todos sabemos cómo actúan. Actúan como la mafia. Y si no, que se lo pregunten a Mónica Oltra en la Comunidad Valenciana y lo que fueron capaces de hacer cuando se quedaron con menos pasta de la habitual. Luego ya vino Mazón a solucionarlo, como siempre.
¿Pero de qué fueron capaces este grupo médico? El problema es que no nace aquí: nace en cuánta gente han dejado tirada en el camino, a cuánta gente no ha llegado a tiempo, cuánta gente no puede ver este vídeo y denunciar esta irregularidad, cuánta gente ha muerto por culpa de algunos que querían forrarse a costa de la sanidad, de nuestra sanidad, de lo que es un derecho y de lo que debe ser una garantía para todos y no un privilegio que solo algunos se puedan pagar.
El problema es que en esto cada vez hay más gente que intenta, como aves carroñeras, forrarse y llenar sus bolsillos para tener más Maseratis a la puerta de casa, o más casas con Maseratis a la puerta. Y el problema de esto es que debemos denunciarlo todos, porque si no seguirán siendo unos ricos a costa de vidas ajenas.
