Desde el pasado 22 de mayo, el líder del PP se ha presentado públicamente a sí mismo como una opción cierta para el gobierno de España. Y es verdad que los últimos resultados electorales avalan tal presunción como posible y probable. Sin embargo, hasta el momento Rajoy ha evitado exponer ni tan siquiera un esbozo de sus planes ante los principales retos del país. Tan solo verbaliza algunos tópicos o lugares comunes, tan hueros de contenido como contradictorios con su acción de gobierno en comunidades y ayuntamientos. Parece como si el PP quisiera evitar el coste potencial incorporado a toda concreción programática. Da la sensación de que la derecha española solicita una especie de cheque en blanco a sus electores. El mensaje sería algo así: denme su voto y su confianza a ciegas para echar a los socialistas, y una vez instalados en el poder ya se enterarán ustedes de nuestro auténtico programa. Se trata de un comportamiento inaceptable en democracia.

La situación del país es lo suficientemente grave como para que los ciudadanos conozcan las respuestas que cada fuerza política propone para afrontar la salida de la crisis y la lucha contra el paro. Las recetas socialistas podrán valorarse como mejores o peores, pero están a la vista y en pleno proceso de aplicación. Las recetas populares son una incógnita. Sabemos que no les gusta casi nada de lo que hace el gobierno socialista, incluidas aquellas medidas ineludibles que derivan directamente de nuestros compromisos internacionales para reducir el déficit o asegurar la financiación de la deuda. Y escuchamos cada día las cantinelas sobre la necesidad de “un gobierno serio y austero”, que “haga lo que hay que hacer”, eso sí “con eficacia y sin errores”, buscando “la recuperación de la confianza”, y apoyando “a los empresarios y autónomos que crean empleo”. Pero esto no es un programa, ni siquiera una declaración seria de intenciones. Se trata tan solo de la puesta en práctica de la estrategia de la ocultación, o el “evitemos que conozcan nuestro programa hasta que no tenga marcha atrás”.

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