Asombro, desaliento, indignación y mucha tristeza resumen los sentimientos que los ciudadanos progresistas han sentido ante la frustrante segunda sesión de investidura en el Congreso de los Diputados, y que ha llevado a un nuevo rechazo de Unidas Podemos a aceptar las diferentes ofertas recibidas.

“Llegamos a la conclusión de que Unidas Podemos no quería hacer con nosotros un gobierno, querían todo el Gobierno”, resumió Rafael Simancas, secretario general del grupo socialista. Unidas Podemos se abstenía de votar el Gobierno de Sánchez tras rechazar una vicepresidencia y tres ministerios, y más aún, con su líder Pablo Iglesias lanzando una absurda oferta de última hora desde la tribuna del hemiciclo: cambiar el Ministerio de Trabajo por Políticas Activas de Empleo. Tal propuesta resultó sorprendente e impropia por el momento y el lugar, como si el máximo órgano de representación de los españoles fuera el expositor de un feriante ofertando una rebaja para que pujaran por su producto. No era el lugar.

El disgusto que se observaba en los diputados del PSOE era afín al que exponían en sus intervenciones otros políticos como Joan Baldoví de Compromís, José María Mazón de PRC, Aitor Esteban del PNV, o el propio representante de ERC, Gabriel Rufián, quien, al igual que el político vasco, hizo un llamamiento a la cordura, al entendimiento de la izquierda y a evitar que la derecha, más extrema hoy que hace unos años, llegue a dirigir nuestro país. Por el contrario, los líderes del PP, Ciudadanos y Vox, subiendo la virulencia de su intervención en este orden, mostraban su satisfacción y esperanza en un futuro que les resulte más beneficioso.

Ahora el Rey convocará otra ronda de consultas con los partidos que lograron representación parlamentaria el 28 de abril. Si el proceso se reinicia, deberá celebrarse un nuevo debate de investidura antes del 23 de septiembre. En caso contrario, el horizonte es la repetición electoral; un supuesto indeseable.

Señor Iglesias, es la segunda vez que su partido deja en la estacada a la izquierda y a los progresistas de este país. En mi columna anterior se advertía de la situación que finalmente se produjo. Levantó ampollas en muchos simpatizantes de Podemos, que me respondieron con virulencia desde las redes sociales. El tiempo me ha dado la razón y hemos asistido a la crónica de una investidura fallida, ya anunciada; culpa de la cabezonería de un líder irresponsable, que ni siquiera escuchó a los suyos, cuando intentaron hacerle cambiar de opinión in extremis.

Podemos llegó a la política lanzando improperios contra todas las formaciones y ha acabado en una actitud mucho peor que la que cuestionaban. Porque está demostrando que le importan poco los principios y que no responde a los valores de los que alardeaba. ¿Han pensado que los ecologistas estaban a un paso de pelear en primera fila por el clima? ¿Que estaban a tiro de piedra de trabajar contra los desahucios y reparar la pobreza infantil? ¿Que tenían a mano una política real contra la violencia de género y por la igualdad?... Y tantas otras cosas que ahora se difuminan con esa pretensión, que desde fuera solo se puede interpretar como soberbia. En ocasiones, como esta, señor Iglesias, da la impresión de que son ustedes el caballo de Troya de la derecha.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com

@enricsopena