“Loco comunista”. Así ha llamado el consejero delegado de Ryanair al ministro de Consumo, Pablo Bustinduy. Todo un halago viniendo de un señoro que vendía calendarios con sus azafatas en bikini y que llegó a bromear con que lanzaría un servicio “con putas y ron para gente de negocios”. Michael O’Leary, un multimillonario que afirmó que “se congelaría el infierno” antes de que Ryanair contara con representación sindical, algo que logró impedir durante 32 años. Un tipo que calificó de “gilipollas mentirosos” a los ecologistas y que dirige una aerolínea que viene cometiendo abusos contra sus trabajadores y fraudes masivos contra los consumidores. Si alguien así se lanza a insultar a un ministro de Consumo, tiene toda la pinta de que ese ministro está haciendo bien su trabajo. Curiosamente, a quien no ha insultado O’Leary es al comisario europeo de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, al que el sector anda presionando para que intente tumbar la multa de Bustinduy a las aerolíneas por el recargo del equipaje de mano y otras irregularidades.

A nosotros, Ryanair nos llevó a los tribunales dos veces por cometer la osadía de denunciar públicamente sus irregularidades. Dos veces que perdió y acabó condenada a pagarnos las costas de los procedimientos judiciales. Y sobre todo, perdió en su intención de atemorizarnos y cerrarnos la boca. Porque no hemos dejado de denunciar sus incumplimientos de la legislación. Una de esas denuncias ha derivado en la multa histórica que ha motivado los insultos de su CEO al ministro de Consumo. 108 millones de euros por el recargo que implantó en 2018 por llevar equipaje de mano y también por otras prácticas con las que su empresa infla sus beneficios de forma ilícita.

Las compañías aéreas están reclamando al comisario de Transportes que abra un expediente de infracción a España por una multa que las ha dejado noqueadas, porque nunca en la historia ningún gobierno se había atrevido a actuar de forma tan contundente ante sus abusos. Son cinco las compañías sancionadas por el recargo y Consumo debería anunciar en breve la apertura de nuevos expedientes a otras tres que hemos denunciado desde FACUA. La compañía irlandesa se ha llevado la sanción más elevada, casi el triple de los 40 millones que le han caído a la segunda agraciada, Vueling. Por eso está O’Leary tan escocido. Ya veremos si en Bruselas están del lado de los consumidores o se pliegan a los intereses de las multinacionales del sector aéreo.

Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.

Editorial del episodio 65 de En Ocasiones Veo Fraudes, el pódcast de FACUA

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